Las etiquetas ecológicas son una manera de comprobar que la ropa se ha producido de manera respetuosa con el medio ambiente
Pensar en promover el medio ambiente no puede basarse solamente en dejar de usar su carro tan seguido y volverse el mejor amigo de una bicicleta. Sin desmeritar ese esfuerzo y todos los puntos a favor que trae, la invitación es a cambiar las costumbres de consumo con el fin de pensar en proteger el medio ambiente. Desde la limpieza del hogar, las prácticas aprendidas en pro de lo natural y hasta lo que vestimos, suma granos de arena en la búsqueda de un ecosistema libre de agentes contaminantes.
Aunque nos parezca extraño, sí, la ropa juega un papel fundamental en el cuidado de los recursos naturales. Por eso, hoy en día son varias las industrias que le apuestan a fabricar ropa con fibras naturales; aunque a primera vista no sea mucha la diferencia, en temas de materia prima y producción reducen considerablemente el generar contaminantes. Según Cotton USA, el algodón es una de las principales materias primas alrededor del mundo en la producción de prendas como jeans, ropa de hogar como sábanas y toallas, y hasta ropa interior. Algodón que viene de la tierra y vuelve a ella, ya que es biodegradable porque es cultivado en procesos que reducen el consumo de energía y agua y además es producido sustancialmente en grandes cantidades.
Hay que estar agradecido con la moda por arrasar con todas las tendencias para cada persona y esté en la ‘onda’. Hasta los grandes creativos y diseñadores le apuestan al ecodiseño, logrando que las personas se atrevan a vestir muy fashion pero pensando en el medio ambiente, eso sí, sin perder glamour o elegancia.
En conclusión, la ropa ecológica se fabrica de forma natural y responde a requerimientos de una sociedad más responsable que piensa en su planeta. Los materiales utilizados para crear los diferentes tipos de prendas de vestir son materias primas como el lino, algodón o fibras vegetales que han cultivado con agricultura ecológica.
No es necesario lavar un jean: aunque parezca una locura, no lavarlos es compatible con mantenerlos limpios. Lograrlo es tan fácil, basta con tenderlos para airearlos o congelarlos durante unas horas. Además, en 2011 un estudiante de la Universidad de Alberta, Canadá, demostró que el nivel de bacterias en un jean usado durante dos semanas era similar al de uno usado durante más de un año. Finalmente, se concluyó que sería suficiente con higienizarlos una vez al mes.
Ayude al planeta: en efecto, al lavar el jean sin usar agua, usted reduce la emisión de gases de efecto invernadero y la huella hídrica. Al mismo tiempo, conseguimos que los pantalones duren más, lo que significa que también hacemos que sean más sostenibles. Además maximizaremos su resistencia.
Jeans perfectos: además de ayudar al medio ambiente y mantenerlos razonablemente limpios, no usar agua es el mejor modo de conseguir que luzcan como nuevos, es decir, con ese aspecto usado que va mejorando con el tiempo. En lugar de ir desgastándolo con los lavados, simplemente conservará su aspecto. No se encogerán, no cambiará su color ni la calidad del tejido.
Fuente: Vanguardia