Una grave crisis golpea al Aeropuerto Internacional Newark Liberty, donde más de 360 vuelos han sufrido retrasos y al menos 160 fueron cancelados debido a fallas en el sistema de control de tráfico aéreo. La Administración Federal de Aviación (FAA) reconoció que el problema radica en un sistema obsoleto y en la pérdida temporal de comunicación con las aeronaves.
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La situación se agravó por la renuncia del 20% del personal de control aéreo en Newark, sumada a trabajos de construcción en las pistas y a repetidas fallas en los sistemas de radar y telecomunicaciones en la Terminal Radar de Filadelfia (TRACON), responsable de las operaciones en Newark.
Las fallas técnicas, que incluyeron apagones en las pantallas de radar y pérdidas de comunicación de hasta 90 segundos, han generado un clima de estrés extremo entre los controladores, provocando licencias médicas y dejando aún más reducido al ya escaso personal.
Líderes políticos exigen una investigación inmediata, mientras que la FAA implementa medidas de emergencia, como configuraciones más resilientes con proveedores de telecomunicaciones y el entrenamiento acelerado de nuevos controladores para atender este espacio aéreo crítico.