El concepto de reloj inteligente o smartwatch ha abierto sin duda el mundo de los ‘wearables’ con fuerza, viendo cómo las primeras marcas sacan sus propios modelos. Hay quien aún no entiende para qué sirve exactamente y hay quien ya no puede vivir sin él. Pero en sí, el principal desafío que un smartwatch tiene a la hora de convencer a los usuarios es el hecho de hacerles navegar entre aplicaciones en una pantalla relativamente pequeña comparada con la de su smartphone.
Pero esta limitación impuesta por el dispositivo ha sido superada por el trabajo de Future Interfaces Group, un laboratorio de investigación que trabaja en la Carnegie Mellon University y ha presentado una solución tan inesperada como efectiva: usar la propia piel del brazo y la mano como panel táctil del smartwatch.
Claramente la evolución casi definitiva en el concepto de las interfaces táctiles, el sistema SkinTrack usa una tecnología consistente en un anillo que se coloca en el dedo que hará los gestos, y que se comunica con una pulsera pegada al reloj capaz de detectar las señales y transmitirlas a este. Cuando el dedo con el anillo toca la piel, una señal eléctrica de alta frecuencia corre por el brazo hasta el dispositivo. Toda una ventaja teniendo en cuenta que en sí la tecnología no es intrusiva, ya que llevar un reloj y un anillo es algo común para millones de personas en el mundo.
Como vemos en el video, gracias a Skintrack podemos convertir el dorso de la mano en un lienzo para pintar dentro de la pantalla del reloj, o mapear aplicaciones pasándolas del display del smartwatch al brazo y activándolas. Podemos tensar el tirachinas de Angry Birds sin problemas, marcar desde la mano y hasta trazar gestos en forma de accesos directos a determinadas aplicaciones.
De momento esta tecnología está en proceso de pruebas, ya que cosas como «mantener el anillo con energía constante es un desafío» según sus autores, que también señalan que hay que tener en cuenta factores como el sudor y que el cuerpo está en constante movimiento de cara a llevar SkinTrack durante largos períodos de tiempo. Pero lo que sí aseguran es que esta tecnología no implica ningún tipo de efecto nocivo sobre la salud, y de que sus usos y aplicaciones pueden ser revolucionarios cuando esté perfeccionada.
Fuente: as.com