La transformación del gigante tecnológico en siete compañías diferentes influirá en la producción de sus ‘gadgets’ y servicios
Tras el anuncio de Google, que pasará a ser un conglomerado de siete empresas en lugar de una sola con divisiones, así será la organización de Alphabet, su nueva denominación.
Google: Seguirá como matriz. Será el gran pulmón que lleve oxígeno en forma de dólares para mantener todo el sistema. Bajo su paraguas estarán los negocios establecidos y reconocidos. Google seguirá con corazón de software y Sundar Pichai será el hombre clave para hacer que todo encaje. Además de consejero delegado de Google, el sueño de cualquier ingeniero en Silicon Valley, tendrá bajo su batuta el buscador, el negocio de publicidad asociado al mismo, los mapas, las aplicaciones, YouTube y, su gran aportación, Android, el mayor sistema operativo móvil.
Calico: Dedicada a la investigación en biotecnología, tiene como finalidad alargar la vida humana. Su nombre esconde unas siglas que explican su sentido: California Life Company. Es una de las empresas más crípticas de esta nueva formación. Nació como reacción de Sergei Brin al saber que su madre tenía párkinson. El plan inicial era analizar el genoma humano, pero han terminado por crear una lentillas que miden la glucosa en sangre y quieren sacar al mercado para ayudar a los diabéticos en su día a día. Art Levinson será su consejero delegado. Pionero en este campo estuvo en Genentech hasta 2009. Es presidente del consejo de Apple.
Nest: Conocidos por crear el primer termostato inteligente. Su segundo producto es una alarma de incendios, omnipresentes en Estados Unidos, que también se controla desde el móvil. Pasaron a ser parte del universo Google tras pagar 3.200 millones de dólares por ellos en enero de 2014. Tony Fadell, reconocido por su gusto diseñando, es el cerebro detrás de esta empresa que quiere cambiar cómo se usa la tecnología en el hogar. Criado en la factoría de Apple, diseñó los primeros iPods y las tres primeras generaciones de iPhone. Un visionario en la creación de nuevos gadgets.
Fiber: La base, la infraestructura, la puerta abierta a la independencia de las operadoras por parte de Google. Fiber ofrece Internet de alta velocidad en algunos estados del Suroeste de Estados Unidos. Es el primer flirteo de Google para llevar televisión a los hogares con calidad de alta definición. Fi, su operadora móvil virtual, tiene su lugar natural dentro de esta división.
XLab: Es el capricho de Sergei Brin. De este laboratorio salieron las esperadas gafas Glass, así como los globos aerostáticos que proveerán de conexión a zonas remotas del planeta. El coche sin conductor y los drones de reparto son su última gran apuesta. Afronta una difícil monetización inicial, pero es quien hace que Google sorprenda de manera constante por su imaginación sin límite.
Venture y Capital: Dos empresas muy parecidas pensando en tener el control de lo que suceda fuera de sus dominios. Venture se centrará en las empresas incipientes. En ocasiones bastará solo una idea en una servilleta para conseguir financiación inicial. Es su forma de seguir alimentando el sistema que les hizo conquistar Internet. Capital ayudará a inyectar capital en aquellas start ups en diferentes rondas, no necesariamente de capital semilla, que será el foco de Ventures. Se pretende evitar que no haya un nuevo Uber fuera de su control, por ejemplo. Bill Maris, el más joven de la nueva directiva, con solo 38 años y casado con la cantante Tristan Prettyman, tendrá bajo el radar las inversiones de Venture. David Lawee, de origen canadiense, llevará Capital. Este abogado lanzó Paypal en su país, llegó a Google en 2013. Desde entonces ha liderado la inversión en más de 100 empresas.
Fuente: El País