Robert Francis Prevost ha sido elegido como el nuevo Papa, convirtiéndose en el Pontífice número 267 en la historia de la Iglesia Católica. La decisión fue anunciada este 8 de mayo de 2025, tras la cuarta ronda de votaciones del cónclave que reunió a 133 cardenales electores en la Capilla Sixtina, en el Vaticano.
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Con 89 votos a favor, el mínimo requerido para ser elegido, el cardenal estadounidense fue el nombre de consenso en un proceso más ágil de lo esperado. Al salir al balcón de la Basílica de San Pedro, el protodiácono Dominique Mamberti pronunció la tradicional frase en latín: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!”, antes de anunciar el nuevo nombre elegido por el pontífice: León XIV.
Prevost, de 69 años, nació en Chicago, hijo de padres de origen francés y español, y pasó cuatro décadas en Perú, donde ejerció como obispo. Su trayectoria incluye una profunda experiencia pastoral y administrativa, así como un papel clave en la Curia Romana, donde fue designado por el Papa Francisco en 2023 como prefecto del influyente Dicasterio para los Obispos.
A pesar de ser originario de Estados Unidos, Prevost rompe con la tradición no escrita que suele evitar papas estadounidenses, debido al peso político global del país. Su elección sugiere una apuesta por un perfil equilibrado: un mediador en una Iglesia polarizada como la de EE. UU., con una visión global y raíces en América Latina.
El nuevo Papa ha mantenido un perfil discreto, sin conceder entrevistas, y no genera resistencias marcadas en ningún sector eclesial. Su liderazgo podría implicar no solo un puente entre culturas y corrientes dentro de la Iglesia, sino también un potencial fortalecimiento financiero del Vaticano, con el posible regreso de donaciones desde EE. UU. en medio de tensiones pasadas con la era Trump.