Sobre la marcha
1.- El desprestigio no solo tizna, también resta. Xóchitl Gálvez fue de menos a más, no es improvisada, la exposición y desgaste a los que se expuso los sorteó con decisión. Pero la de Hidalgo nunca fue candidata surgida de la ciudadanía, fue instrumento del PAN, PRI, PRD y los activistas anti 4T para que, sin ideas ni estrategia, intentaran descarrilar a la elegida del presidente López Obrador. Su pésima fama y la mala imagen de sus dirigentes, primeros en asegurarse botes salvavidas al zarpar, hicieron imposible para millones votar por Xóchitl. Quienes la llevaron a hombros no la proyectaron, más bien, se escudaron con ella.
2.- Los periodistas y los medios nos ciclamos en criticar la calidad y altura de los argumentos populistas del régimen exitosamente consolidado. Después del domingo, debemos reflexionar sobre la realidad y la percepción que la mayor parte de la ciudadanía vive y tiene respecto a la cancelación del aeropuerto de Texcoco, lo inútil del AIFA, la pertinencia de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, o el ecocidio supuesto por el Tren Maya, entre otras pifias favoritas anti 4T.
3.- Que hoy como ayer, la impunidad está vigente para quienes detentan el poder y su megáfono. Nada ocurrió con las revelaciones sobre muy probables ilegalidades y consumadas incongruencias en el entorno presidencial. Ningún golpe pudo arrancarle una pluma al gallo, ni a sus polluelos o corcholatas. El Presidente, que se asume como el más atacado de la historia, resultó ser el más blindado contra los obuses mediáticos, los consistentes o los viscerales. Si con Peña Nieto se constató que la inversión pública en medios no se tradujo en una buena imagen, con AMLO aprendimos que la inversión reducida y selectiva no minó la popularidad y aprobación del hombre de Palacio.
4.- La consistencia en el ser del mandatario, su identidad populista, la historia personal, el enfado que provoca al apretar los botones de ciertas clases adictas al clasismo, no abarcaron lo suficiente para bajar sus bonos, los propios y los que prestó a quien quiso y eligió.
5.- México necesita una oposición creíble, aquellos que detestan a la 4T, deben buscar mejores razones para oponerse, articular un discurso
que no provenga del prejuicio vertebrado. El discurso necesita más datos y mejores causas que sacar al mediocre y proponer que vuelvan los impresentables. Las máscaras civiles pintadas de rosa, al final se deslavaron y acabaron siendo partidistas o al menos, anti partido en el gobierno. En ese pecado, la penitencia es Verde, pues serán bancadas de siglas rémoras que sumadas pintan el reto mayúsculo de la futura Presidenta; administrar tanto poder, contener los apetitos de su movimiento para no hacer realidad los mitos que hace seis años nacieron con el triunfo de López Obrador. Ahora, logró su segunda conquista al hilo. No entendieron, que no entienden.
Periodista, director de Emisoras Habladas en Radiópolis.