Durante las últimas horas, entre las bancas de las iglesias de Chicago y los pasillos del beisbol, han circulado distintas versiones sobre el equipo favorito de Robert Francis Prevost, el hombre al que ahora el mundo conoce como León XIV.
Mientras Cubs aprovechó las redes sociales para crear una imagen de Wrigley Field felicitando a Su Santidad por el nuevo papado, el hermano de Rober Prevost declaró que en su familia White Sox siempre ha sido la organización predilecta.
En el Juego 1 de la Serie Mundial de 2005, cuando los White Sox recibieron a los Astros de Houston en el U.S. Cellular Field, las cámaras barrieron el graderío como parte de una toma ambiental. Entre los rostros eufóricos del sur de Chicago apareció uno que, en ese momento, pasó desapercibido: el del entonces obispo Robert Prevost. No llevaba sotana ni solideo. Solo una chamarra negra de los White Sox, una sonrisa de fan consagrado y una mirada clavada en el montículo como si rezara por un ponche en cuenta llena.
Ese breve clip, rescatado y viralizado hoy por la cuenta de FOX MLB, tuvo el efecto de un rayo en las redes. Confirmó lo que algunos sabían en voz baja y otros se negaban a aceptar: el nuevo Papa no sólo no era fan de los Cubs, sino que asistió a uno de los últimos grandes recuerdos que tiene la seguidores de White Sox.
John Prevost, hermano del pontífice, se encargó de sellar la verdad como si fuera una bula papal: “Mi hermano jamás fue fanático de los Cubs. Nuestra familia siempre fue del sur. Siempre fuimos de los White Sox”.
Sin embargo las palabras de John no ayudaron a derrumbar los rumores. El mito murió con una imagen. Y como suele suceder en el beisbol, los milagros se celebran mejor con una victoria.
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