La historia detrás de Joaquín Guzmán deriva en farsa espectacular, comedia de enredos donde nadie sabe quién es quién, menos se adivina la verdad, y si todo lo publicado es información dura, maciza amenaza, oportunismo casual o bomba de tiempo.
Rosa Isela Guzmán salió de la nada para ostentarse como hija del capo y soltó una bomba al diario británico The Guardian: que su “papá” financiaba campañas políticas; que tenía pactos con el gobierno; que su segunda fuga fue concertada; que El Mayo Zambada lo traicionó; que El Chapo la visitó dos veces en Los Ángeles, el año pasado.
Pero resulta que a la hija “aparecida” no la reconocen ni la tercera esposa, menos las hermanas del recapturado.
Lo mismo ocurre con los abogados José González Meza, Juan Pablo Badillo y Carlos Urrutia, quienes simularon efímera huelga de hambre a las puertas del penal del Altiplano en protesta por las violaciones a los derechos humanos de su dizque cliente; bajo manga dicen tener una lista de políticos “apadrinados” por El Chapo.
El otro abogado, quien da las entrevistas, José Refugio Rodríguez, marca sana distancia y desconoce a sus “colegas”.
Hay quienes picaron el anzuelo de las “revelaciones” que pretenden acorralar al gobierno, no importa si en el camino los defensores de los Derechos Fundamentales se convierten en promotores de conductas delincuenciales.
Es el caso de panistas y perredistas que demandan investigaciones y explicaciones, con buena dosis de oportunismo. Piden sacar la ropa sucia de aquellos políticos que sucumbieron a la tentación del narco-apoyo. ¿Estarán escupiendo hacia el cielo?
¿Qué persiguen tantos habladores y opinadores?
Lo que hace una semana parecía una evidente estrategia mediática para desviar la atención y convertir a El Chapo en víctima, da otro giro. Podría tratarse de un pleito familiar por los despojos del narco caído en desgracia.
Total, para rumor, rumor y medio.
EL MONJE FUNDAMENTALISTA: No hay maltratos ni violaciones a las garantías individuales de El Chapo; la Comisión Nacional de los Derechios Humanos (CNDH) avala los protocolos de seguridad aplicados al delincuentazo para evitar otra fuga del penal del Altiplano. También reacciona el Comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia; dice que con el capo no habrá treguas, alianzas, ni pactos, menos chantajes y escándalos, sólo el rigor de la ley por los delitos de homicidio, narcotráfico y delincuencia organizada cometidos por tan “famoso” prisionero.