Al menos 10 personas murieron y otras 15 resultaron heridas este martes por la mañana en Estambul en una potente explosión, muy probablemente de origen «terrorista», en el barrio turístico de Sultanahmet, cerca de la Mezquita Azul.
Tras la explosión, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, convocó en una reunión de crisis en Ankara.
Turquía vive en estado de alerta desde el doble atentado suicida que causó 103 muertos el 10 de octubre en la estación de trenes de Ankara. Las autoridades atribuyeron su autoría al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
La explosión, ocurrida a las 10:18 (08:18 GMT), se produjo en el antiguo hipódromo cercano a la basílica de Santa Sofía y a la Mezquita Azul, los dos monumentos más visitados de la ciudad.
En las primeras fotografías tomadas en el lugar se ven cuerpos desmembrados sobre el suelo empedrado de la explanada.
Los socorristas y la policía llegaron inmediatamente a la zona y la acordonaron, constató la AFP.
En una declaración citada por la prensa turca, el gobernador de Estambul anunció un balance preliminar de 10 muertos y 15 heridos. «Hay una investigación en curso para determinar la causa de la explosión, su tipo y su o sus autores», añadió el texto.
Pero un responsable gubernamental confirmó las versiones de diversos testigos que hablan de un atentado suicida. «Sospechamos que tiene un origen terrorista», declaró a la AFP bajo anonimato.
«Oí una explosión muy fuerte y muchos gritos. Luego vi una bola de fuego y huí», contó un testigo a la AFP.
«El suelo tembló»
«Vi al menos diez heridos. A uno de ellos lo ayudaban unos turistas. Estoy seguro al 100% que no fue una bomba, sino un atentado suicida», contó este turco, que no quiso dar su nombre.
«La explosión fue tan fuerte que el suelo tembló», confirmó una turista, Caroline.
La explosión se oyó y se sintió en la plaza Taksim, a varios kilómetros de distancia de Sultanahmet, afirmó a la AFP un testigo.
En los últimos meses Turquía fue blanco de varios atentados, además del de la estación de Ankara. En enero de 2015, una suicida se hizo estallar delante de una comisaría de Sultanahmet, hiriendo a dos policías. El ataque fue atribuido a una organización de extrema izquierda, el Partido/Frente Revolucionario de Liberación del Pueblo (DHKP-C), que cometió varios atentados en los últimos años.
El 23 de diciembre, el aeropuerto Sabiha Gökçen, en el lado asiático de Estambul, sufrió un ataque con mortero que causó un muerto y un herido. Una organización armada kurda, el grupo de los Halcones de la Libertad del Kurdistan (TAK), reivindicó la operación en respuesta a «los ataques fascistas que dejan en ruinas las ciudades kurdas».
Después de más de dos años de alto el fuego, hace unos meses se reanudaron los combates entre las fuerzas de seguridad turcas y los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Estos enfrentamientos dieron al traste con las negociaciones de paz emprendidas en 2012 para poner fin a un conflicto que causó más de 40,000 muertos desde 1984.
Fuente: El Economista