La muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025 marca el inicio de un momento trascendental para la Iglesia Católica. Tras su fallecimiento en el Vaticano, se activó un protocolo renovado, con cambios significativos en los rituales fúnebres y en el proceso de sucesión, según lo establecido por el propio pontífice antes de morir.
Leer más: Claudia lamenta muerte del Papa
Francisco pidió que su funeral fuera más sencillo, sin lujos ni elementos tradicionales como los tres ataúdes ni el velorio en el Palacio Apostólico. En su lugar, su cuerpo será expuesto desde el miércoles 23 de abril en la Basílica de Santa María la Mayor, donde también será sepultado. Esta basílica romana, cercana a la estación Termini, fue elegida por su significado personal y espiritual para el Papa argentino.
El funeral se llevará a cabo entre el 25 y el 27 de abril, con un velatorio abierto durante tres días. Francisco rechazó los antiguos protocolos que consideraba excesivos, y modificó en 2024 el “Ordo Exsequiarum Romani Pontificis” para hacerlos más humanos y menos ceremoniosos. “Un pastor debe ser despedido como hijo de la Iglesia, no como un poderoso de este mundo”, afirmó en vida.
En paralelo, comenzó la sede vacante y los “Novendiali”, nueve días de luto dirigidos por el camarlengo, el cardenal estadounidense Kevin Joseph Farrell, quien administra el Vaticano mientras se elige al nuevo pontífice. El anillo del papa ha sido destruido y las estancias papales cerradas.
El cónclave, que reúne a 135 cardenales de 71 países, podría adelantarse a inicios de mayo, gracias a una norma implementada por Benedicto XVI en 2013. No será necesario esperar los 15 días habituales si todos los cardenales ya están en Roma.
Será el cónclave más internacional de la historia, con una diversidad sin precedentes: 53 cardenales europeos, 23 asiáticos, 18 africanos, 17 de Sudamérica, 16 de Norteamérica, y ocho de Centroamérica y Oceanía. El cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado, presidirá el cónclave, dado que el decano, Giovanni Battista Re, ya superó los 80 años.
Durante las sesiones previas, los cardenales compartirán visiones y reflexiones sobre los retos de la Iglesia. De ahí surgirán los principales nombres para suceder a Francisco, cuyo sucesor necesitará al menos dos tercios de los votos (90 en total) para ser elegido. El humo blanco en la Capilla Sixtina anunciará al mundo el nacimiento de un nuevo pontificado.