La matanza de estudiantes en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, se convirtió con el paso de los años en una fecha inolvidable para todos los mexicanos.
Aquella masacre contra jóvenes perpetrada por policías y militares en la Plaza de las Tres Culturas, sería recordada año tras año con la intención de que algún día se haga justicia.
De estas premisas surgieron las consignas que hasta hoy en día se cantan y siguen erizando la piel, por quienes luchan por los perdidos en aquél día, así como todos aquellos por los que lucharon por una causa justa y fueron eliminados por el autoritarismo.
Así, algunas de estas consignan se cantan también en las marchas realizadas por la justicia en Ayotzinapa y se cantarán en la marcha de este 2 de octubre en CDMX.
Para que no sea un crimen impune la sociedad prometió no olvidar, no perdonar. Así nace una de las frases más recordadas «2 de octubre no se olvida».
Díaz Ordaz envió al famoso Batallón Olimpia, quienes propiciarían el ataque entre jóvenes y militares.
Los desaparecidos, presos políticos y víctimas del estado pasarían poco a poco a ser también recordados esta fecha. Aquél 2 de octubre el movimiento estudiantil de 68 planteaba presentar una serie de peticiones ante Gustavo Díaz Ordaz.
Era un pliego petitorio, cuyo primer punto pedía libertad a los presos políticos. Lo cual continuó como un rito año con año revivido por estudiantes y activistas ante el autoritarismo del Estado que contratacó a los estudiantes desapareciéndolos y asesinándolos a balazos.
Las marchas estudiantiles del 2 de octubre por la matanza de Tlatelolco, reunen a miles de personas en toda la república, entre familiares de las víctimas, activistas, estudiantes y profesionistas que se unen a este movimiento, no faltan las consignas que se remontan a otras luchas sociales.
¡Ni un paso atrás!
¡Ni un paso atrás!, es una frase de Stalin que se convirtió en eslogan de la resistencia antifascista, también es utilizada en las marchas, sin embargo sus antecedentes se remontan a un origen ruso.
Ni perdón ni olvido
Se trata no sólo de una canción, sino de la consigna que Chile canta el 11 de septiembre para recordar el Golpe de Estado orquestado por Pinochet.
El deseo de los familiares de las víctimas ante la fatal tragedia, es que no vuelva a suceder jamás, así es como nacen los cantos exigiendo justicia: ni perdón, ni olvido.
Fuente: Staff