Emocionante desde el inicio fue la entrega del público para con «Zotoluco», quien enfundado en su terno sangre de toro y oro, hizo su último paseíllo.
Sereno, melancólico, pero emocionado, Eulalio, acompañado de otra figura, Enrique Ponce, apareció bajo una lluvia de confeti y papel picado por la puerta de cuadrillas de la plaza que lo recibió 75 corridas.
Al final su alternante español cuajó dos faenones, uno de ellos que le valió las dos orejas; Eulalio consiguió una.
La ovación estruendosa, de los aficionados que llenaron el tendido numerado, cuando Eulalio salió al tercio fue ensordecedora.
Ya le habían entregado las peñas y la Fundación Zotoluco un reconocimiento por su trayectoria.
Con su primero, Eulalio consiguió una faena pundonorosa, de sudor y entrega como muchas que hizo a lo largo de su vida.
Pinchó y fue aplaudido.
Bella fue la primera faena del valenciano Ponce con ese arte que atesora el español y la nobleza de un buen toro queretano al que le cuajó muletazos extraordinarios de temple y calidad.
La estocada le valió las dos primeras orejas de la tarde.
Luego Lalo, con su segundo batalló pues el astado se refugió en tablas y aunque embestía, no lo hizo con calidad.
Muletazos de mucha valía y una estocada que de suya le valió la oreja que le concedieron.
En este toro salió por septuagésima segunda ocasión al tercio en la Plaza México el banderillero Cristian Sánchez.
El cuarto, Enrique ponce lo fue haciendo poco a poco hasta lograr un faenón de medios muletazos primero y redondos tersos después.
Tenía el rabo ganado, pero lo perdió por pinchar.
El público, que sabe reconocer, obligó al valenciano a dar una emotiva vuelta al ruedo.
La última faena del maestro «Zotoluco» tuvo la emotividad del final de una carrera consolidada.
Tras haberle brindado a su esposa, después de un variado tercio de capa, Eulalio inicio de rodillas y después hubo detalles aislados con un toro que manseó y se fue a tablas.
Al son de las Golondrinas el público, en un gesto espontáneo encendieron la luz de sus celulares y lograron un marco inigualable.
Al final sus hijos le cortaron la coleta en presencia de los niños de la Fundación Zotoluco para después dar su última vuelta al ruedo y salir en hombros al lado de Enrique Ponce.
Fuente: Reforma