Horas antes, los rebeldes chiítas hutíes escatimaban en su sitio web sabanews.net que “decenas” de los asistentes al cortejo perecieron o resultaron lesionadas, pero el reporte de la BBC elevó drásticamente las cifras. La cadena añadió que el Comité Internacional de la Cruz Roja preparó 300 bolsas para cadáveres. La coalición militar árabe, que opera en Yemen bajo mando saudita, negó este sábado estar implicada en los ataques aéreos que dejaron más de 100 de muertos en la capital, Saná, que les atribuyeron los rebeldes chiitas hutíes.
En un comunicado la coalición afirmó que no había llevado a cabo operaciones militares contra el edificio bombardeado y que «otras causas» debían ser consideradas.
La milicias se apoderó de Saná hace más de dos años y controlan también otras regiones del país. El gobierno yemenita, que tuvo que huir del país, intenta recuperar el terreno perdido con el apoyo de la coalición árabe liderada por la vecina Arabia Saudita. Los aviones de la coalición atacaron un edificio en la capital, controlado por los rebeldes, donde aparentemente un grupo de personas se había reunido a media tarde para presentar su pésame por la muerte del padre del ministro de Interior rebelde, Jalal Al Ruishen, añadió Sabanews.net.
Los equipos de rescate retiraban cuerpos calcinados y trataban de sacar otros, atrapados entre los escombros, informó un fotógrafo de la Afp en el lugar.
Las ambulancias evacuaban a las víctimas y los hospitales lanzaron un llamado para que la gente done sangre, según los habitantes. Los rebeldes no precisaron sin embargo si Ruichene u otras personalidades estaban presentes en el momento del ataque. El general Jalal Al Ruishen, que fue nombrado ministro de Interior por el presidente Abd Rabo Mansur Hadi, permaneció en su cargo después de que los hutíes conquistaran la capital, Saná, en septiembre de 2014. La coalición militar no ha reaccionado a las afirmaciones de los rebeldes sobre su responsabilidad en el ataque. Organizaciones de defensa de los derechos humanos han acusado a la coalición de cometer «errores» después de que sectores civiles se hayan visto alcanzados por sus bombardeos.
Fuente: La Jornada