Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal (Fed), hizo causa en la conferencia anual de banqueros centrales en Jackson Hole para subir de nuevo los tipos de interés en Estados Unidos este año.
“Los argumentos se han reforzado durante los últimos meses”, afirmó la presidenta de la autoridad monetaria, marcando así el tono del debate que seguirá durante las próximas a su intervención. Pese a mostrarse claramente más convencida, evitó comprometerse en firme en hacerlo ya en la próxima reunión de septiembre.
El simposio que se celebra a los pies de las montañas Rocosas está considerado como la Superbowl —final de la liga de fútbol americano— en el mundo de los economistas. Es el escenario que se utiliza para lanzar los grandes mensajes de política monetaria. Janet Yellen se saltó la cita del año pasado. También lo hizo Mario Draghi, el presidente del banco central europeo, que tampoco participará en esta ocasión.
La Reserva Federal lleva sin tocar los tipos desde diciembre del pasado año. Entonces lo hizo un cuarto de punto desde cero, para dejarlos en una banda del 0,25% al 0,5%. Las palabras de Yellen se esperaban con impaciencia para poder saber lo que piensa, en parte porque solo ha dado dos discursos este año, además de las ruedas de prensa tras las reuniones y las comparecencias en el Capitolio.
Yellen se deja todas las opciones abiertas. La presidenta de la Fed indicó en su discurso que el mercado laboral «rinde con solidez» y está cerca de una situación de pleno empleo. La inflación también se aproxima al objetivo del 2%. Por eso cree justificado que los tipos “vayan subiendo de una manera gradual”, aunque sin ofrecer un calendario preciso en este sentido. Septiembre, por tanto, es teóricamente posible.
“A la vista de la continua solidez del mercado laboral y de nuestras perspectivas para la actividad económica y la inflación, creo que los argumentos para subir los tipos de interés se reforzaron en los meses más recientes”, afirma, mandando una señal a los mercados más explícita que en anteriores ocasiones aunque sin detallar su estrategia. El crecimiento económico, señaló, seguirá progresando a un ritmo que califica de “moderado”.
Aunque el mercado sigue queriendo pensar que el segundo movimiento no llegará pasadas las presidenciales de noviembre, los economistas de Barclays creen que la Fed debería mover ficha ya en la reunión del 20 y 21 septiembre. Los miembros del banco central anticipan al menos un incremento este año, un lenguaje que en principio daría flexibilidad para dos subidas en la recta final de 2016. Es lo que sugirió el vicepresidente Stanley Fischer.
Fuente: El País