GABRIEL CASILLAS | PRESPECTIVA GLOBAL | EL FINANCIERO
Tengo el agrado de comunicarles que la presente columna ha sido galardonada con el “Reconocimiento INEGI 2015” –instituido en el 2012-, en el género de “columna”, en el que se distingue por “…el uso y difusión de información estadística…así como la contribución para difundir, comunicar y servir a la sociedad con la información que producimos (el INEGI)…”. En este sentido, aprecio y agradezco al INEGI por este reconocimiento. Máxime que en este espacio no sólo he tenido la intención de difundir y analizar mucha de la información económica que publica el INEGI, sino también que he expresado críticas –siempre con la intención de que sean constructivas-, sobre algunos aspectos de medición de algunas variables que publica el INEGI. Por otra parte, aprovecho el espacio para felicitar a quienes fueron también honrados con este premio en otros rubros. Tal es el caso de José Woldenberg (artículo), así como a Leo Zuckermann y Javier Tello (programa de opinión en televisión). Es por ello que dedicaré este espacio al INEGI, que en mi opinión, ha sido pilar institucional de la estabilidad macroeconómica de México.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía -todavía conocido por sus siglas como “INEGI”, a pesar de que su nombre oficial ya no lleva la “I”, de “Informática”, que lleva al final-, es la agencia gubernamental encargada de obtener, procesar y publicar información estadística sobre nuestro país, entre otras funciones. El INEGI se creó oficialmente como instituto hace más de un treinta años, un 25 de enero de 1983. Su primer Director General fue Don Pedro Aspe Armella, quien años después se desempeñó como Secretario de Hacienda y Crédito Público, en un periodo en el que México pudo dar un paso vital hacia la modernidad, gracias a sus aportaciones. Asimismo, después estuvieron al frente del INEGI personalidades como Rogelio Montemayor Seguy, Carlos Manuel Jarque Uribe –gran econometrista mexicano, creador de la famosa prueba estadística “Jarque-Bera” sobre normalidad de una serie de datos, entre otras aportaciones-, Antonio Puig Escudero y Gilberto Calvillo Vives.
A partir del 15 de julio de 2008, el INEGI obtuvo su autonomía constitucional, similar a la del Banco de México (1994), el Instituto Federal Electoral, IFE (1996) –ahora Instituto Nacional Electoral (INE)-, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH (1999). A partir de julio de 2008, el INEGI se encuentra dirigido por una Junta de Gobierno de cinco miembros, designados por el Presidente de la República y ratificados por la Cámara de Senadores. Uno de los miembros de la Junta de Gobierno funge como Presidente. En este sentido, el Dr. Eduardo Sojo Garza-Aldape es el primer Presidente del INEGI como organismo constitucional autónomo. La autonomía constitucional brinda certidumbre y credibilidad a la información que recaba, procesa y disemina el INEGI.
El INEGI es muy conocido entre la población en general por el levantamiento de los censos poblacionales y de vivienda cada diez años, así como los “conteos rápidos” cada cinco años. No obstante lo anterior, el INEGI pone a la disposición del público en general series de datos que emanan de los censos económicos, los censos agrícola, ganadero y forestal, así como de un sinnúmero de encuestas –ocupación y empleo, confianza del consumidor, ingreso y gasto de los hogares, entre otras-, y registros administrativos (e.g. nacimientos, defunciones, cultura, salud). Simplemente, del Banco de Información Económica (BIE) pone a la disposición de sus usuarios más de 300 mil series históricas. Asimismo, el INEGI también se encarga de proveer información sobre cartografía urbana, catastro, relieve, geodesia y topografía de nuestro país.
Habiendo utilizado por años información estadística oficial de otros países como el Bureau of Labor Statistics (BLS) en EU y el Office for National Statistics (ONS) de Reino Unido o el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Chile y el Instituto Brasileiro de Geografia e Estadística (IBGE) de Brasil –entre muchos otros bancos de datos-, considero que el INEGI ha hecho una gran labor no sólo por tener datos relevantes y detallados –obtenidos con metodologías de alta calidad-, sino que la forma en cómo se presenta en el sitio de Internet y las herramientas par “bajar” la información a hojas de cálculo o paquetes estadísticos es muy eficiente y sencilla. De hecho, recientemente el INEGI fue receptor de la certificación del Fondo Monetario Internacional sobre la instrumentación del Sistema de Cuentas Nacionales de Naciones Unidas, con la que sólo cuentan las agencias estadísticas de Estados Unidos, Canadá y Australia.
*El autor es economista en jefe de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones que se expresan en el artículo no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, por lo que son responsabilidad absoluta del autor.
Twitter: @G_Casillas