El deshielo en el Ártico, que está produciéndose a un ritmo alarmante, supone un riesgo para los osos polares, ya que reduce sus posibilidades de atrapar comida y su metabolismo les impide ahorrar energía.
Un nuevo estudio publicado este jueves revela que el metabolismo de los osos polares “no ralentiza mucho durante los meses de verano, cuando se derrite el hielo marino y la comida escasea”, así que el calentamiento en el Ártico es un mal augurio para esos mamíferos.
Con el cambio climático, el hielo ártico -territorio de caza de los osos polares- está derritiéndose más temprano cada verano y congelándose más tarde cada invierno, lo que limita sus posibilidades de atrapar focas, su comida favorita.
Pero debido a que los osos polares por metabolismo son incapaces de ahorrar energía, es poco probable que puedan sobrevivir a la pérdida permanente de hielo, a causa del aumento global de las temperaturas, advierten investigadores estadunidenses.
Merav Ben-David, ecologista de la Universidad de Wyoming y co-autor del estudio, afirma que estos osos no tienen una estrategia parecida a la caminata de hibernación, estado de baja actividad que desacelera el metabolismo, para sobrevivir ayunos en el verano.
En cambio, muestran una menor disminución en su tasa metabólica, similar a la observada en cualquier mamífero con una dieta restringida, explica Ben-David en un artículo en la revista especializada Science.
Los científicos colocaron collares de rastreo y monitores de actividad a una veintena de osos polares de una población en el mar de Beaufort, al norte de Alaska, e implantaron sondas a 17 de ellos para medir su temperatura corporal, ésta vinculada a la tasa metabólica.
El equipo rastreó la actividad y la temperatura de los osos durante 2008 y 2009, encontrando que las mediciones fueron más o menos las mismas para los mamíferos que se movían fuera del hielo de la costa y los que siguieron en el hielo hacia el norte.
Sólo se registró una ligera reducción de la temperatura corporal -aproximadamente 0.7 grados centígrados-, que es tan pequeña que no corresponde a la caminata de hibernación, pero sí coincide ligeramente con la de los animales en ayuno.
La ubicación remota del estudio complicó la recolección de datos, “una cuidadosa cirugía a 29 grados centígrados bajo cero, con el viento fuerte en la cara. Un proyecto logísticamente complicado, en serio”, refiere Ben-David.
Los osos polares fueron designados una especie amenazada en 2008, pero Ben-David dice que el nombramiento es sólo simbólico, pues para salvar a estos mamíferos se requiere de la acción mundial para reducir el cambio climático.
Estimaciones oficiales situaron entre 20 mil y 25 mil el números de osos polares en 2008.
Fuente: Crónica