El terremoto de 6.2 grados en la escala de Richter ha dejado al menos 159 muertos en el centro de Italia, pero el número podría aumentar cada hora debido a las decenas de personas sepultadas bajo los escombros.
El último dato lo comunicó el miércoles por la noche el jefe de la Protección Civil italiana, Fabrizio Curcio, según la televisión pública italiana RAI.
Algunas horas antes, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, informaba de la muerte “al menos 120 personas” y de 368 las personas heridas tras el terremoto.
Explicó que se reunió el Consejo de Ministros para adoptar las primeras decisiones para ayudar a los territorios, y aseguró que “la emergencia tendrá que ser gestionada en un largo periodo y deseó “que todos estén a la altura de este desafío”.
Renzi detalló que de los fallecidos, 86 ocurrieron en las localidades de la región de Lazio, entre ellas la de Amatrice la más afectada por el sismo, mientras que 34 se han contabilizado en los municipios de la región de Las Marcas.
En los pocos segundos que duró el terremoto hizo desaparecer prácticamente varias localidades de las provincias de Rieti y de Ascoli Piceno, situadas bajo la cordillera de los Apeninos y a pocos kilómetros de L’Aquila, donde en 2009 se produjo el terremoto que causó 300 muertos.
El papa Francisco, entristecido por el temblor que azotó el centro de Italia, canceló el miércoles un discurso que tenía previsto ofrecer en su audiencia general y en su lugar oró junto a la multitud de fieles por las víctimas y sobrevivientes.
Escuchar al alcalde de Amatrice decir que el pueblo ya no existe y escuchar que hay niños entre las víctimas, estoy muy triste», dijo ante decenas de miles de personas que se reunieron en la Plaza de San Pedro para la audiencia general.
Amatrice es una de las localidades de montaña golpeadas por el terremoto. Se cree que al menos 73 personas fallecieron por el sismo, una cifra que podría elevarse porque decenas de residentes aún están desaparecidos.
También ordenó que seis miembros del Cuerpo de Bomberos del Vaticano acudan a las zonas devastadas.
El Papa dijo que pospondría su audiencia semanal sobre enseñanzas religiosas hasta la semana que viene y pidió a la multitud que rezara con él por las víctimas del temblor.
Añadió que el equipo de bomberos vaticano colaborará con la Protección Civil en la búsqueda de personas entre los escombros y asistencias a los heridos.
Fuente: Excélsior