Los principales líderes religiosos de Francia transmitieron el miércoles un mensaje de unidad y solidaridad tras una reunión con el presidente, François Hollande, luego de un ataque de extremistas islámicos contra una iglesia católica en el que degollaron a un anciano sacerdote.
Hollande tenía previsto presidir un consejo de defensa y una reunión del gabinete más tarde el miércoles tras reunirse con líderes católicos, ortodoxos, musulmanes y judíos.
Dos agresores tomaron rehenes el martes en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray, en la región nororiental de Normandía, durante la misa de la mañana. Después de que el sacerdote fuera asesinado, la policía mató delante de la iglesia a los dos agresores, uno de ellos un hombre de la zona.
El rector de la principal mezquita de parís, Dalil Boubakeur, dijo que los musulmanes franceses deben presionar para que se mejore la formación de los clérigos musulmanes y pidió que se trabaje en una reforma de las instituciones musulmanas francesas, sin entrar en detalles.
La fiscalía francesa identificó a uno de los agresores como Adel Kermiche, de 19 años, que creció en la localidad y el año pasado intentó viajar dos veces a Siria utilizando documentos de identidad de familiares. Fue detenido fuera de Francia, enviado de vuelto y acusado de cargos preliminares de terrorismo. Llevaba una tobillera de rastreo.
La identidad del segundo agresor no se hizo pública. La policía que registró la zona tras el ataque detuvo a un joven de 16 años, que según el fiscal François Molins era el hermano menor de un joven que viajó a la zona que controla el grupo Estado Islámico en Siria o Irak, llevándose la identificación de Kermiche.
Los residentes del pueblo colocaron velas ante el ayuntamiento y pidieron la clase de unidad que ha reclamado Hollande.
«Va a ser difícil admitirlo… tenemos miedo», dijo Mulas Arbanu, vecino de un pueblo cercano a Rouen. «Seamos cristianos, musulmanes, lo que sea, debemos estar juntos».
Said Aid Lahcen dijo haber conocido al sacerdote asesinado, el reverendo Jacques Hamel, de 85 años.
«Desde el momento en el que uno toca una religión, ataca al país y ataca a un pueblo. No debemos entrar en discrepancias, sino mantenernos un pueblo unido como éramos antes», dijo.
Fuente: Debate