Un nombre emerge de la peor matanza a tiros registrada en la historia de Estados Unidos: Omar Siddique Mateen. Estadounidense de origen afgano de 29 años, residía en Port Saint Lucie, una localidad costera situada a unos 200 kilómetros al sur de Orlando, donde en la madrugada de ayer entró armado en un club gay y mató a tiros a 50 personas e hirió a otras 53. Es la mayor matanza de la historia de Estados Unidos.
Su ficha policial del FBI, indica que se encontraba en su radar como un posible simpatizante del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y que se había indagado en torno a su persona dentro de antiguas investigaciones realizadas sobre terrorismo. Según explicó la agencia, las expresiones de odio del sospechoso llevaron a investigarle en 2013 y en 2014. En ambas ocasiones los investigadores llegaron a entrevistarse con él, pero no hallaron pruebas concluyentes de sus intenciones.
Por la tarde, el presidente Barack Obama confirmó durante su comparecencia en la Casa Blanca que el crimen se está investigando como “un acto de terrorismo”.
Los investigadores trataron el caso al principio como un crimen de posibles tintes homófobos, sin descartar otras vías de investigación. El padre de Mateen, Mir Siddique, contactado por la cadena de televisión NBC, aseguró que su hijo estaba motivado por el odio a la comunidad homosexual y no por cuestiones religiosas. “Esto no tiene nada que ver con la religión”, sostuvo. Mir Siddique relató que Omar había mostrado recientemente su desagrado al ver a una pareja gay abrazada en el centro de Miami y, en su opinión, eso podría ser el origen de la matanza.
“Vio a dos hombres besándose delante de su esposa y su hijo y se enfadó mucho”, dijo. “Estamos pidiendo perdón por el incidente. No éramos conscientes de que estuviese planteando ningún tipo de acción. Estamos en estado de shock al igual que todo el país”, añadió el padre del asesino.
El padre de Mateen aparece en unos vídeos que se pueden encontrar en YouTube presentando un programa llamado Durand Jirga Show, que se emite en una televisión local del norte de Los Ángeles, California. En algunos de esos vídeos, según The Washington Post, expresa su admiración por los talibán. En el vídeo más reciente publicado en su canal de YouTube, el padre del asesino parece presentarse como candidato a la presidencia de Afganistán.
Sin embargo, un portavoz del FBI declaró después que el sospechoso compró recientemente varias armas y que justo antes de la masacre llamó al teléfono de emergencias, el 911. El FBI no quiso pronunciarse sobre el contenido de esta llamada. Varios medios aseguran, citando fuentes policiales, que en ella Mateen juró lealtad al Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés) y a su líder e hizo referencia a los atentados de Boston.
La investigación aún no ha hallado pruebas, 24 horas después de la matanza, de conexiones directas del autor de los disparos con grupos terroristas. El FBI está registrando la casa del sospechoso en busca de información en su ordenador y rastreando su huella en las redes sociales.
Mateen estaba divorciado y era padre de un niño de tres años. Trabajaba como guardia de seguridad en la empresa G4S y tenía permiso para llevar armas.
La exesposa de Mateen, que habló bajo condición de anonimato con el diario The Washington Post, aseguró que “no era una persona estable”. “Me pegaba. Llegaba a casa y me empezaba a pegar porque la colada no estaba terminada o cosas así”, indicó. Mateen tenía por entonces una pistola de calibre pequeño y trabajaba como guarda de seguridad en un centro de internamiento juvenil. La mujer identificó una cuenta de MySpace como propiedad del asesino. En ella se ven fotos de un hombre joven posando ante el espejo y otras instantáneas del propio Mateen. En una de ellas lleva una camiseta con el logo de la policía de Nueva York.
La pareja se divorció en 2011 después de que los padres de ella supieran de los maltratos y la ayudaran a abandonar la casa. El matrimonio duró solo unos meses.
La figura que emerge de las declaraciones de aquellos que le conocían es la de un joven hosco, antipático y que había expresado en voz alta odio racial y religioso.
El diario Los Angeles Times habló con un excompañero de trabajo llamado Daniel Gilroy, de 44 años, quien dijo que Mateen «era peligroso, no le gustaban los negros, las mujeres, las lesbianas ni los judíos». Este testigo asegura que llamó la atención a sus jefes sobre el comportamiento de Mateen y no le hicieron caso. «En la vida hay fanáticos. Pero él lo superaba todo. Siempre estaba enfadado, sudado, simplemente cabreado con el mundo». «Sabía que algo así iba a suceder», dijo al Times.
La empresa de seguridad publicó un comunicado diciendo que están «impresionados y apenados» y en el que afirma que están cooperando con la investigación.
El diario local Orlando Sentinel habló con una excompañera de Mateen del instituto que lo describió como «un tonto», pero no alguien violento.
Fuente: El País