Colaboración de Ana Paula Ordorica
El Economist ha escrito que el gobierno de Enrique Peña Nieto no entiende que no entiende. Retomando esta frase del Economist y ampliándola, comienzo a concluir que no son los políticos los que no entienden que no entienden. Parece que ellos entienden perfecto y quienes no entendemos somos los ciudadanos de a pie.
Me explico. Es claro que los ciudadanos estamos hartos de la corrupción y que sacar adelante una agenda que refuerce el Estado de Derecho es y ha sido la prioridad por algunas décadas ya.
Tan se sabe que todos los partidos se refieren constantemente al tema. El presidente ha dicho desde que estaba en campaña por la presidencia que el tema sería su prioridad y que por ello, al llegar a Los Pinos crearía un zar anticorrupción independiente del Ejecutivo.
Van casi cuatro años desde que ganó la presidencia y ese zar se reduce a un amigo, Virgilio Andrade, al frente de una secretaría, la de la Función Pública, que depende del ejecutivo y que opina que el problema de la corrupción es cultural…sin dar explicación de como esa cultura cambia tan solo en los pocos metros que toma cruzar de México a Estados Unidos.
Por parte de los partidos políticos, todos han querido adueñarse de la agenda y presentar propuestas. Algunos han señalado temas puntuales, como AMLO quien en su spot sobre el avión presidencial (en el cual miente al decir que es mejor y más caro que el de Obama) promete que cuando llegue a la presidencia lo va a vender.
En el Senado se han querido parar el cuello hablando que en este periodo ordinario pasaría sí o sí y rápido la Ley Nacional Anticorrupción y, a quince días de que concluya este periodo, la ley simplemente no avanza.
Los políticos hablan de austeridad en estos momentos de vacas flacas pero se sirven con la cuchara grande con el presupuesto con la excusa de las elecciones del 5 de junio.
Se olvidan que son servidores públicos y se sienten que están por encima de leyes ‘para el pueblo’, como el Hoy No Circula. Ahora nos enteramos que van a rentar autos eléctricos con cargo al ciudadano. La explicación es que de todas formas hay que pagarles esta renta de autos y ahora solo será el cambio al tipo de autos. ¿Por qué les debemos pagar nosotros su transporte? y ¿quién nos lo va a pagar al resto de los mexicanos?
Ayer el periódico La Razón hacía un cálculo sobre el costo de esta renta. Para un auto eléctrico modesto, un Nissan LEAF, el costo mensual de la renta sería de $13 mil 492 pesos. Como el auto ‘sólo’ se le va a rentar a los 56 presidentes de comisiones, el costo total mensual sería de $755 mil 552 pesos al mes, osea 9 millones 66 mil 624 pesos al año.
Me queda claro. Quienes no entendemos somos los ciudadanos. No entendemos dos cosas: 1) vivir fuera del presupuesto es vivir en el error y 2) Los políticos no tienen incentivo alguno para acabar con el abuso y la corrupción. Mejor entender eso como ciudadanos y dejar de estar señalándolos como abusivos y corruptos, esperando que esto, aunado a propuestas ciudadanas para combatir la corrupción, va a hacerlos cambiar y va a hacer que en México impere el Estado de Derecho.
Esto no va a pasar. A los políticos abusivos y corruptos no les pasa nada por serlo. Pueden además decir hasta el cansancio que saben que las cosas deben cambiar, pero a la hora de actuar, vemos un superávit de propuestas y un déficit cercano a cero de medidas concretas.
En donde sí son bien rápidos para encontrar acciones es en aprobar beneficios personales disfrazados de profesionales.
Ya entiendo: quienes no entendemos que no entendemos somos los millones de mexicanos que tenemos que trabajar para sacar adelante las necesidades y los gustos personales y que esperamos que nuestra clase política haga lo mismo.
@AnaPOrdorica