La mayoría de las estaciones que operan correctamente se ubica en la capital.Rodolfo Lacy, subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aseveró que todas las entidades que conforman la megalópolis requieren homologar sus sistemas e incluir la medición de dichas partículas.»Son sumamente dañinas porque penetran hasta los bronquiolos y, una vez que están dentro de nuestro cuerpo, ya no salen», advirtió.
El ozono y las PM 2.5 son los contaminantes secundarios más importantes que influyen en la calidad del aire de la Ciudad de México y pueden ser «importadas» desde la cuenca atmosférica que componen las entidades aledañas.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios estima que se producen alrededor de 22 mil muertes al año a causa de estos contaminantes.
«Si uno está expuesto durante más de 10 años a este tipo de contaminantes, las probabilidades de que a uno le dé cáncer son muy altas.
«Por eso, la Organización Mundial de la Salud considera el aire urbano como un tóxico contaminante cuando no existen sistemas de control de la contaminación», remarcó el funcionario de la Semarnat.
Mientras la Ciudad de México y los municipios conurbados del Edomex tienen 34 estaciones homologadas para conocer cómo evoluciona cada hora la contaminación por ozono, regiones generadoras de emisiones que influyen en la calidad del aire del Valle de México tienen estaciones con reportes desconocidos por la población.
En Toluca operan 8 estaciones medidoras de ozono y partículas, pero los habitantes del Municipio se enteran de los contaminantes hasta que la Secretaría de Medio Ambiente mexiquense emite un reporte.
De acuerdo con Honorato Rodríguez, titular de Medio Ambiente de Hidalgo, el corredor industrial Tula-Tepeji tiene estaciones de monitoreo, pero los reportes tampoco son conocidos en tiempo real.