El cuidado del medio ambiente es un asunto global, como se ve claramente con el cambio climático, sin ir más lejos, pero las acciones deben ser locales. Por otra parte, no sirve de nada que unos traten de llevar una vida ecológica si otros no lo hacen, sean empresas, Gobiernos o particulares.
El cuidado del medio ambiente no entiende de color político, ni de clases sociales, ni de países ricos o pobres porque nos afecta a todos, algo que muchos líderes mundiales, políticos y empresarios se niegan a ver. Todas las facetas de nuestra vida están relacionadas con el medio ambiente: desde la alimentación al transporte, pasando por el uso de la energía o la gestión de los desechos.
Energía
La energía está omnipresente en la vida. Si estás leyendo esto, estás usando energía para encender la pantalla del ordenador, de la tableta o del móvil. La energía ha permitido el desarrollo de la humanidad y una mejor calidad de vida. No se trata de volver a las cavernas y usar el fuego. Pero no hay duda de que tenemos que usar menos energía y generarla a partir de fuentes limpias y renovables. La era de los combustibles fósiles tiene que acabar (de hecho, lo hará queramos o no, ya que, en algún momento, se acabarán todas las reservas). Cuanto antes y más rápido hagamos esa transición, mejor. El cambio climático no permite esperar más.
En la vida diaria, una persona debe responsabilizarse de la energía que consume. Piensa, en cada acto de tu vida cotidiana, hasta el más pequeño y anodino, si puedes ahorrar energía: desde apagar la luz de las habitaciones al salir o apagar los aparatos eléctricos en vez de dejarlos en standby hasta plantearte si es necesario seguir usando el coche y quemando hidrocarburos.
Alimentos
En el planeta somos más de 7.000 millones de bocas que alimentar. Y subiendo. El planeta es finito. Así que, lógicamente, no se puede producir comida hasta el infinito, por mucho que avancen las tecnologías. Es necesario no desperdiciar la comida y repartirla mejor. Cada día se tiran toneladas de comida en buen estado a la basura mientras millones de personas se mueren de hambre.
No se debe desperdiciar ni un gramo de comida. Por otra parte, los alimentos cultivados de manera ecológica no dañan tanto el medio ambiente como los cultivos industriales. Si es posible, consume ecológico y local (traer comida desde muy lejos, contamina). Además, comerás más sano.
Agua
Si no hay que desperdiciar los alimentos, aún menos el agua, el recurso más valioso del planeta. Se importa agua embotellada desde miles de kilómetros de distancia, lo que resulta doblemente dañino para el medio ambiente: no usar la que está cerca y es potable y la contaminación que se produce por el traslado. En los países ricos, cada persona consume cientos de litros al día mientras que en algunos países pobres ni siquiera tienen acceso.
No se puede desperdiciar ni una gota de agua. Revisa tu grifería para que no gotee. Además, si es posible, en mejor consumir agua corriente y no embotellada. Algunas ciudades lo hacen por ley, prohibiendo la entrada de agua embotellada. También se debe reutilizar el agua de los sanitarios y recoger el agua de lluvia para regar.
Desechos
La mejor basura es la que no se genera. Cristal, vidrio, plástico, cartón, papel, desechos que hay que procesar, lo que consume mucha energía. Hay que reducir el uso de las bolsas de plástico y, en general, de todos los envases. Se debe reutilizar todo lo que se pueda y, lo que no, hay que desecharlo en el contenedor apropiado para su correcto reciclaje.
Fuente: Ecología Verde