En una nueva sesión marcada por la volatilidad, las Bolsas de China han finalizado el día en positivo guiadas por el fin de la medida del freno automático que ayer provocó el cierre anticipado de sus parqués y una ligera apreciación del yuan, la primera que vive esta divisa en nueve días.
Al final de la jornada, el parqué de Shanghái ha sumado casi un 2%, mientras que el de Shenzhen, donde cotizan las tecnológicas, ha crecido un 1%. Hong Kong por el momento también gana cerca de un 1%, pero Tokio ha perdido un 0,4%. En la primera semana del año, los parqués chinos se han dejado alrededor de un 10% de su valor.
Esta ha sido la última sesión de una muy difícil semana para las Bolsas chinas, unos días en los que sus puertas se cerraron dos veces antes de tiempo al alcanzar pérdidas superiores al 7% y en la que sus vaivenes han contagiado al resto de mercados asiáticos e internacionales y acarreado grandes bajadas.
Una vez más, la volatilidad ha sido la nota dominante durante el día. Los mercados de renta variable del país asiático abrieron al alza sumando más de un 2%, aunque al poco rato regresaron a valores negativos. Sin embargo, más tarde los índices repuntaron hasta alcanzar valores positivos y acabar registrando ganancias moderadas.
Ayer, tras el cierre de la jornada bursátil más corta de la historia, la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) intervino de nuevo para tratar de apaciguar los ánimos. Primero, anunció una prórroga (con matices) a la prohibición que finalizaba hoy de vender sus acciones a los grandes accionistas, consejeros y directivos de empresas, limitando su capacidad de venta de títulos y obligándoles a cumplir ciertos requisitos para ello.
Por otra parte, a última hora de la noche, la CRMV hizo pública en un escueto comunicado la abolición del mecanismo de suspensión automático de las operaciones bursátiles causante de los cierres prematuros de las Bolsas de este lunes y jueves. Esta nueva normativa, que tan solo ha estado en vigor cuatro días, obligaba a paralizar la sesión quince minutos si se alcanzaban pérdidas o ganancias del 5% y a cerrar la jornada si después se llegaba al 7%.
La suspensión de este mecanismo de control se tomó al llegar a la conclusión de que era la propia normativa la que alimentaba el nerviosismo de los inversores y la que aceleraba el ritmo de las ventas de acciones, ya que la gente trataba de deshacerse de sus valores cuanto antes para evitar que le sorprendiera el cierre.
Por su parte, el Banco Popular de China (PBOC) elevó también hoy antes de la apertura bursátil el punto medio de su divisa en un 0,02% con respecto al día anterior, con lo que quedó fijado en los 6,5646 yuanes por dólar estadounidense. Es la primera vez que la institución bancaria sube la tasa de referencia con respecto al billete verde en los últimos nueve días, un hecho que había desencadenado presiones sobre las monedas regionales y golpeado a los mercados bursátiles ya que se temía la posibilidad de que China estuviera ejecutando una devaluación competitiva encubierta.
Durante estos días, los mercados chinos han sido sacudidos por la convergencia de diferentes factores negativos, como los débiles datos económicos de su sector manufacturero y de servicios, las preocupaciones sobre las ventas pendientes de acciones por parte de grandes inversores o la reciente (y fuerte) devaluación del yuan, algo que ha repercutido en el resto de los parqués mundiales.
Fuente: El Mundo