Cuentos Políticos. Francisco Martín Moreno
Siempre he sido un crítico del gobierno en turno y si aspiro a serlo cada día con más profesionalismo, entonces, en aras de la más elemental objetividad, es menester dejar confesar mi satisfacción por el eficiente desempeño de Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública, quien sustituyó al tristemente célebre Emilio Chuayffet.
Enfrentarse a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no es una tarea sencilla, si no se pierde de vista que sus integrantes superan la cifra de 150,000 agremiados acostumbrados a estirar la mano y a mostrar los colmillos para obtener una prebenda del gobierno. Fox como Calderón se acobardaron y se abstuvieron de imponer la autoridad en esta vandálica organización, cuyos cabecillas forman parte una auténtica pandilla que ya ha intimidado y sometido a diversos gobiernos federales y locales mediante marchas, plantones, paros laborales, toma de carreteras, casetas de peaje, incendio y secuestro de edificios públicos y privados.
Cuando Nuño descartó el diálogo con CNTE mientras ésta violara la ley; cuando advirtió que no habría estado de excepción en la aplicación de las leyes educativas en Oaxaca; cuando declaró que “El derecho principal, que está por encima de cualquier cosa, es el derecho de los niños y las niñas a tener una educación de calidad y no nos pueden exigir un diálogo bajo el chantaje de dejar a los niños sin clases”; cuando afirmó que el gobierno federal ni iba a ceder ni se dejaría presionar, me pareció escuchar a esos políticos bravucones –como espero que no sea el “señor Bronco”, otro hablador al estilo de Fox- que engañan con aire machista y altanero al electorado con un discurso esperanzador que el tiempo demuestra por qué se trataba de otro rugido de ratón.
Nuño, todo parece indicar, ha saltado a la arena para poner en su lugar a esta cáfila de rufianes, mal llamada coordinadora de maestros, cuando no son sino feroces defensores de la ignorancia y delincuentes del fuero común, cuyas fechorías nadie se había atrevido a sancionar, ni siquiera el tal Gabino Cue desde su palacete multimillonario, desde donde insulta a los millones de marginados de una de las entidades más pobres del país. ¿Por qué curiosa razón tampoco protestarán los oaxaqueños…?
¿Por qué felicito a Aurelio Nuño? Pues porque el paro nacional convocado anteayer por la CNTE fue un sonoro fracaso para ésta, desde que el 96% de las escuelas del país funcionaron en plena normalidad. Es obvio que los maestros sí creyeron que se les iba a descontar el día si faltaban injustificadamente y que si la ausencia se repetía por 3 ocasiones, serían cesados de inmediato. Hasta este momento no se ha disparado ni un tiro ni se han utilizado gases lacrimógenos ni hay detenidos ni ha surgido la violencia. Bravo. Sí, bravo, en el entendido de que si ésta surgiera se tendría que recurrir a la fuerza pública para hacer prevalecer el tan esperado Estado de Derecho, cuya ausencia tanto ha perjudicado la evolución civilizada de México.
Si los jerifaltes de la CNTE deseaban poner a prueba a Aurelio Nuño no tardaron en saber la respuesta. Dicen los alemanes que después de dar un paso se debe dar el siguiente o se pierde el equilibrio… ¿Mejor a la mexicana? Bueno, ahí va… Quien que se agacha se le ven los calzones y la sociedad mexicana espera no vérselos jamás a Nuño… ¿No…?
México es un país de reprobados porque fracasó la SEP, la gran maestra de los mexicanos. Es la hora del golpe de timón. ¡Cuenta conmigo, Nuño, en esta causa tan noble!