“El país no está en llamas; no está incendiado”, lo dice el Secretario de Gobernación para calmar la zozobra en vísperas electorales… pero no reconoce los focos rojos “prendidos” en media docena de estados…
La violencia sí incendia a Michoacán. Maldito karma; otra vez 43 muertos, como 43 hubo en Iguala. Esta vez, la batalla de Tanhuato está ligada con los ataques del Cartel de Jalisco Nueva Generación a fuerzas federales del primero de mayo pasado, y la emboscada del mismo grupo delictivo a policías estatales, con saldo de 15 muertos. Antes, sólo Zetas y Templarios se habían atrevido a tal desafío…
Guerrero también arde. Las desapariciones en Chilapa y el asesinato del candidato priista-verde Ulises Fabián Quiroz son certeza de que el crimen organizado no rendirá la plaza ni sacará las manos de la política local, aunque el gobernador –Rogelio Ortega– recurra a la estrategia del “billetazo” para intentar apaciguar los ánimos…
¿En política, todo lo que se pueda arreglar con dinero sale barato?
Además de Guerrero, Michoacán y parte de Jalisco, Oaxaca sigue en rehén de la CNTE… y el boicot electoral, vigente, al igual que en Chiapas. Tamaulipas, está muy lejos de ganar la guerra contra el crimen organizado; Veracruz y Nuevo León también están salpicados…
Efectivamente, todo el país puede no estar en llamas, pero varios pedazos de patria son estados de emergencia. Los recientes hechos brutales rebasan el contexto electoral contaminado por condiciones sociales y de seguridad adversas, donde resulta difícil saber cuándo llegará la metralla a las puertas de la casa.
EL MONJE LOCO: El mayor enfrentamiento ocurrido hasta la fecha entre un grupo delictivo y cuerpos policiacos es un misterio. Vecinos de poblaciones cercanas al Rancho El Sol –entre los municipios michoacanos de Ecuandureo y Tanhuato, Michoacán– desconocen lo ocurrido el viernes. Aseguran que nunca vieron vivos a quienes murieron dentro. Nadie quiere contar la historia del predio y sus dueños. Sólo se sabe que por un tiempo se vendía alfalfa y otros cuentan que ese terreno ya había sido incautado por las autoridades. El Rancho –en medio de la nada– está rodeado de terrenos áridos, en un punto ciego de la carretera México-Guadalajara; una arboleda esconde dos construcciones en su interior… ¿y una cortina de humo, la verdad de lo ocurrido? Llueven sospechas –de buena y mala fe– ante la posibilidad de otra masacre extrajudicial… como la ocurrida en Tlatlaya. ¿Otra violación a los Derechos Humanos?
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