Ambientalistas advirtieron que la vaquita marina mexicana, el cetáceo más pequeño del mundo, está cerca de la extinción luego de que el gobierno reportó este viernes que sólo sobreviven 60 ejemplares, de acuerdo a un estudio del año pasado.
En 2014 «sobrevivían 97 vaquitas, lo que quiere decir que 40 por ciento de su población se perdió en el último año», alertó el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en México en un comunicado divulgado este viernes.
La vaquita marina, que sólo existe en el norte del Golfo de California (noroeste de México), «está a punto de extinguirse porque muere incidentalmente en las redes agalleras para capturar camarón y peces como curvinas, macarelas, mantarrayas, tiburones, róbalos y totoabas», prosiguió el WWF.
A diferencia de otros cetáceos, la vaquita marina, de 1.5 metros, que se caracteriza por tener un anillo oscuro alrededor de los ojos y una boca que pareciera sonreír, tiende a evadir el contacto con los humanos.
La disminución de su población ocurrió a pesar de la estrategia desarrollada por el gobierno para proteger la especie, que consistió, entre otras medidas, en ampliar el polígono de protección en el Alto Golfo de California, que pasó de 126 mil a 1.3 millones de hectáreas para garantizar la cobertura del área de distribución de la especie, de acuerdo con datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Una de las razones que ha puesto a la especie en peligro de extinción es el uso de redes de arrastre que utilizan los pescadores de la zona, según el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva), que fue la entidad que desarrolló el estudio de su población.
Pero el panorama puede ser aún peor. Las 60 vaquitas que Cirva estima que sobrevivían en diciembre «probablemente se redujeron 20 por ciento más debido a que fueron atrapadas y se ahogaron en la pesca descontrolada de la totoaba entre enero y abril de 2016», remató WWF.
«Peligro inminente»
Pero uno de los factores de mayor peso es la pesca ilegal del pez gigante conocido como totoaba, cuya vejiga natatoria tiene una gran demanda en el mercado negro de China.
Al presentar los resultados sobre la población de la especie, el titular de la Semarnat, Rafael Pacchiano, aseguró que «se trabaja de manera coordinada y comprometida para impedir la pesca ilegal de totoaba».
Dado el número tan reducido y «el peligro inminente de que la vaquita se extinga», el WWF exhortó a los gobiernos de México, Estados Unidos y China a que «tomen medidas urgentes y coordinadas para detener la pesca, tráfico y consumo de productos de la totoaba».
El WWF advirtió que «al final, si la vaquita se extingue será una responsabilidad compartida por los tres países». El gobierno mexicano debe también cerrar «inmediata e indefinidamente todas las pesquerías en el hábitat de la vaquita» e instrumentar «una vigilancia estricta y permanente a lo largo del año para asegurar que ninguna vaquita más muera en actividades pesqueras». Además, «los pescadores afectados deberán ser compensados económicamente», apuntó el WWF.
Pacchiano dijo que tres vaquitas marinas fueron encontradas muertas, a pesar del despliegue de un barco patrulla con helipuerto de la secretaría de la Marina y una docena de lanchas de alta velocidad para proteger el área donde habita el mamífero marino.
«Todavía hay esperanzas»
El gobierno acordó implementar un programa económico para compensar a los pescadores.
Pero durante un recorrido para la prensa por las aguas de la vaquita marina hecho el mes pasado, Joel González, director general de inspección y vigilancia de vida silvestre de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), se mostró esperanzado.
«Tenemos todavía la esperanza de que la vaquita marina se pueda recuperar. Hay menos incidencia en la pesca ilegal», dijo en ese entonces González.
Sin embargo, las autoridades hallaron más de 500 redes en el mar en el último año con muchas especies atrapadas. Cuando el área protegida era mucho más pequeña, se conseguían entre 350 y 500 anualmente.
Fuente: La Jornada