En redes sociales se ha difundido un nuevo “reto” entre adolescentes de Australia, Canadá e Inglaterra, que resulta cruel para familiares, amigos y para la sociedad entera, pues consiste en desaparecer por 72 horas.
No pueden avisar a nadie, dar señales de vida o dejar pistas a las autoridades acerca de su paradero. Al cumplir las 72 horas aparecen, como por arte de magia, sin decir dónde han estado, estas son las reglas.
Entre los adolescentes se envían un mensaje, en el que se comparte el reto, desaparecer de su casa por 12, 24 o 72 horas. Los padres padecen la angustia y el estrés, que es lo que resulta un desafío “divertido” y “arriesgado” para los jóvenes.
En Twitter, el reto se ha difundido con el hashtag #Gameof72, aunque ha acumulado varias críticas por la desconsideración para los padres de quienes acepten el reto, pues puede ser confundido con un secuestro.
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La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ha activado diversas Alerta Amber por desapariciones de jóvenes, quienes se han relacionado con el reto, pues son encontrados a las 48 o 72 horas de su desaparición.
Familias llaman a no caer en el reto
En Facebook se publicó un mensaje, en el que se invita a los adolescentes a no caer en este reto, pues los familiares son quienes más sufren durante este tiempo.
Quiero compartir esto con todos los padres que haya entre mis amigos y familiares. El día de ayer compartí una publicación donde pedía oración por dos niños que habían desaparecido. Lo que sabía es que habían llegado el 10 de mayo en el transporte escolar y después salieron de sus casas los dos (son primos) y no habían vuelto. La Alerta Amber se dio al día siguiente y hoy aparecieron, gracias a Dios. No puedo ni imaginar la angustia de los padres por sus hijos cuando no aparecían y estaban incomunicados. Al parecer se dice que algunos compañeros de clases sabían que iban a jugar este “estúpido y malévolo juego” menos obvio, los padres y la comunidad!
Hablemos con nuestros hijos respecto a estas influencias y presiones de las redes sociales, platicando con ellos de lo que conlleva este tipo de “travesuras y tontos retos”. Que su seguridad es la que se pone en juego y que la salud e incluso la vida de sus padres también. Un susto de estos merece un ejemplar castigo!! Y lo peor es que ya llegó a México papás, a platicar con nuestros chavos!
Fuente: La Silla Rota