Cuentos políticos
Colaboración de Francisco Martín Moreno
Ayer en la mañana, cuando me dirigía a una entrevista periodística montado en mi bicicleta a toda velocidad sobre la calle de Masaryk en la Ciudad de México, de repente fui interceptado por una voz estentórea que me gritaba “Paaacooo…” desde la banqueta. Frené violentamente y al tratar de girar para encarar a mi interlocutor me fue imposible zafar el cubre-pedales que mantenía fijo el zapato y me precipité al piso sobre el que deposité ruidosamente mi dolorida osamenta. Mi querido amigo Juan Pardinas corrió a rescatarme de mi deplorable abatimiento carente del mínimo glamour…
A pesar de los severos dolores en el codo, en las nalgas y en la rodilla izquierda, ignoré por elemental pudor cualquier malestar y entablé una intensa comunicación con Juan, uno de los aguerridos creadores de la plataforma “3de3.mx”, organizada por Imco y Transparencia Mexicana para invitar a los más de 27 millones de mexicanos que participarán en los comicios de 2016 en los que se elegirán gobernadores, alcaldes y diputados locales, para que todos éstos presenten de manera obligatoria su declaración patrimonial, su declaración fiscal y otra relativa a los intereses creados en torno al desempeño de sus futuras labores. En concreto, se trata de encontrar candidatos transparentes. El que nada debe, nada teme, ¿no…?
Quienes sí temen son los legisladores y sus respectivos partidos políticos que han impuesto dolosamente una inmensa cantidad de trámites burocráticos, inadmisibles y kafkianos, de modo que estos proyectos ciudadanos orientados a lograr la liberación de la política y a detener su avanzado proceso de putrefacción, sean torpedeados con todo el poder del Estado para concentrar aún más el poder en manos venales y lucrar ilícitamente con el ahorro público.
Los formatos mediante los cuales la ciudadanía comunicaría a la autoridad su decisión de obligar a los políticos a presentar las tres declaraciones antes descritas, no podrán enviarse por correo electrónico como cualquier declaración de impuestos, sino que una vez llenados con los nombres de la progenitora de la abuela de Galileo Galilei, los formularios deberán recibirse, entre otras direcciones citadinas, en la calle de Musset en la Ciudad de México. ¿Es evidente como se secuestra la política en México? ¿Es clara la resistencia consignada en la ley para impedir la evolución y ejecución de la voluntad del electorado, llamado vulgarmente pueblo? ¿El pueblo existe? ¿No es un fantasma, según se cuestionan millones de presupuestívoros? ¿El pueblo no integra un conjunto despreciable de borregos conducida por perros y disparos al aire, que paga impuestos para enriquecer a las insignificantes clases dominantes que pretenden legalizar su estancia en el poder a través de elecciones?
Los mexicanos, tomados de la mano, debemos organizarnos para recabar 120 mil firmas, el 0.1% de la población, para poder construir una iniciativa legal que provoque la muy diferida presencia de “candidatos transparentes”, personajes que de acceder al poder deben demostrar previamente una estructura ética intachable para tener acceso a la administración de los ahorros de todos los mexicanos.
Vayamos a Musset 32, o a las mesas regionales, en donde se reciben las posturas ciudadanas y presentemos la solicitud para ejecutar el “3de3” para argumentar desde ahora que ya votamos por un México transparente y que ayudamos a liberar a México de quienes lo tienen secuestrado políticamente.