GABRIEL CASILLAS | Perspectiva Global
Hoy se cumplen siete años de la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, que detonó la crisis económica y financiera más profunda que se haya experimentado en el mundo desde la “Gran Depresión” de 1929. Siete años en donde hemos visto avances importantes en la economía global y particularmente en EU. La tasa de desempleo en ese país, que se llegó a disparar a niveles de 10 por ciento, hoy se encuentra prácticamente a la mitad. Es más difícil encontrar personal disponible para llenar vacantes. En este sentido el número de desempleados por vacante es de 1.6 solamente, cuando éste llegó a ser de 7 en 2009. Esta situación en el mercado laboral puede comenzar a poner presiones al alza en los salarios. Yo considero que es momento de que el Banco de la Reserva Federal de EU (Fed) empiece a normalizar la situación de las tasas de interés, aunque todavía no se vea inflación en el horizonte (ver más detalles en “¿Subirá las tasas de interés el Fed el próximo 17 de septiembre?”, 8 de septiembre). Este jueves (17 de septiembre) el Fed hará pública la decisión del Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) sobre política monetaria. La pregunta a la que deseo dar respuesta en este espacio es ¿Qué va a hacer la Junta de Gobierno del Banco de México ante la decisión del FOMC? Recordemos que el anuncio de política monetaria de Banxico se llevará a cabo el lunes 21 de septiembre.
La respuesta “fácil” se encuentra en el escenario en el que el FOMC sube tasas. Simple, Banxico subiría la tasa de referencia ¿Cuánto? Yo considero que 25 puntos base (0.25 puntos porcentuales) de 3.00 a 3.25 por ciento. Sin duda la inflación está en su nivel más bajo de la historia (2.59 por ciento) e inclusive por debajo del objetivo del Banco de México de 3 por ciento y el crecimiento económico no ha alcanzado tasas altas, pero Banxico no se va a arriesgar a que el diferencial de tasas ente México y EU –sobre todo de corto plazo-, disminuya y potencialmente detone una salida de capitales, sobre todo de Cetes, en donde los inversionistas extranjeros son dueños de poco más de 45 por ciento y que esto, a su vez, aumente las tasas de interés en México (de corto plazo) y pueda ocurrir un episodio desordenado del peso frente al dólar. En conclusión, si el Fed sube, Banxico sube.
La reacción más difícil de pronosticar es que haría Banxico si el Fed no sube tasas (que sí las va a subir, pero hay que explorar este otro escenario por la incertidumbre que existe en estos momentos). En este caso, el sentido común nos dice que en un escenario de bajo crecimiento y ausencia de presiones inflacionarias, si el Fed no sube tasas, Banxico no debería de subirlas tampoco. Sin embargo, creo que existe otro factor que hay que considerar. En este sentido, considero que hay que incorporar la reacción de los mercados si el Fed deja las tasas sin cambios, particularmente si la reacción es: (1) “Calmada”; o (2) “Agitada”. Si no sube tasas el Fed, es probable que la reacción inmediata de los mercados sea muy positiva y en el caso particular del peso mexicano, éste se podría apreciar frente al dólar. No obstante lo anterior, al darse cuenta que al no subir tasas, el FOMC sólo se extendió el periodo de incertidumbre, entonces los participantes del mercado podrían observar una reacción negativa tan pronto como uno o dos días después. Este escenario podría calificar como “agitado”. Si es así, entonces el Banco de México podría subir la tasa de referencia en 25 puntos base. Asimismo, considero que esta acción podría venir acompañada de un comunicado de la Comisión de Cambios en donde extenderían el periodo de vigencia de las subastas con “precio mínimo” (i.e. las que se “activan” cuando el peso se deprecia 1 por ciento con respecto al tipo de cambio “fix” del día hábil inmediato anterior). No obstante lo anterior, considero que removerían las subastas que no tienen precio mínimo (i.e. las que son diarias “sí o sí”).
En mi opinión, esta sería una acción muy prudente, sobre todo en un ambiente de muy alta volatilidad y en donde la recuperación de las reservas internacionales utilizadas en las subastas es cada vez más baja. Por ejemplo, Pemex –quien ha sido responsable de más del 90 por ciento de la acumulación de reservas en los últimos 20 años-, sólo ha vendido 2,869 millones de dólares (mdd) al Banco de México (neto) en lo que va del año (al 4 de septiembre) y por el contrario, ya ha vendido 11,405 mdd en las subastas. Más aún, con la caída de la plataforma de producción y exportación de Pemex, los bajos precios del petróleo a nivel internacional y el creciente consumo de gasolina –en donde la falta de capacidad ociosa de nuestras refinerías provoca que en el margen aumenten las importaciones-, el panorama de acumulación de reservas internacionales se ve retador. Esto no es para generar una preocupación mayor, sobre todo por el alto nivel de las reservas que todavía tiene Banxico, así como la Línea de Crédito Flexible que se tiene con el Fondo Monetario Internacional, pero considero que nuestro Instituto Central debe de continuar adoptando una postura prudente al respecto.
El autor es economista en jefe de Grupo Financiero Banorte. Las opiniones que se expresan en el artículo no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, por lo que son responsabilidad absoluta del autor.
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