La intervención a la que se sometió el presidente Enrique Peña Nieto es un procedimiento de mínima invasión, altamente seguro y eficaz que se utiliza para extirpar la vesícula biliar.
La extracción de este órgano, a través del método de colecistectomía laparoscópica, es considerada de mínima invasión y se realiza con más frecuencia.
El dolor es regularmente muy agudo y discapacitante, suele presentarse con o sin vómito y con el paso de los minutos el dolor va invadiendo el costado derecho hasta extenderse por toda la espalda. Esta cirugía, que requiere necesariamente de anestesia general, es útil para todo tipo de pacientes y edades.
“La técnica laparoscópica nos permite abordar la vesícula biliar sin tener que realizar una cirugía abierta. Representa un menor riesgo de complicaciones durante la cirugía (menos de 1%) en comparación con el sistema tradicional abierto (2.5% o más).
“Los pacientes caminan luego de seis horas de la intervención y el dolor postoperatorio es bastante bien tolerado. En general, la evolución de estos pacientes permite su alta del hospital en las 24 o 48 horas posoperatorias”, así lo comentó el doctor Marco Antonio García Ceja, especialista en Cirugía General y Aparato Digestivo del Centro Médico La Raza.
La técnica consiste en realizar de tres a cuatro incisiones en la pared del abdomen, de entre 5 y 10 milímetros, a través de los cuales se introducen unos pequeños tubos (trocares).
“A través de uno de ellos se insunfla la cavidad abdominal para cerrar un espacio aéreo entre los órganos y la pared, lo que nos permite ver todo el interior a través de una cámara tubular introducida por uno de los troncales. Esta cámara lleva una imagen a un monitor de alta resolución, de modo que el interior se pueda visualizar en la pantalla del mismo. Los otros troncales son para introducir instrumentos necesarios para la cirugía. Una vez liberada la vesícula, ésta se extrae por la incisión de mayor diámetro”, explicó el médico.
Fuente: El Universal