Sobre la marcha
Bien y de buenas, así andará la presidenta Sheinbaum este fin de semana.
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Resulta que el bombardeo de aranceles que Estados Unidos ha lanzado contra el mundo le abrió a México la oportunidad de recuperar los años perdidos por la 4T para generar crecimiento productivo y económico.
“Jueves negro” para las bolsas del mundo, no para la mexicana. El peso ganó terreno frente al dólar estadounidense. Donald Trump anunció barreras comerciales como no se veían desde los años de la Gran Depresión de 1929.
Una importante corriente de analistas coincide en que la guerra comercial declarada por Trump transformará el orden internacional. La globalización ha muerto, para dar paso a una nueva regionalización en el intercambio de mercancías e insumos.
A México (y Canadá) el T-MEC nos ha salvado. La primera embestida de impuestos a las exportaciones e importaciones la hemos librado mejor que el resto del planeta. Como sea, la revisión del tratado trilateral de libre comercio, programada para 2026, podría ser la última si atendemos los conceptos reiterados por Donald Trump, que tildan al TLC como el peor acuerdo de la historia.
Y sin embargo, la realidad hoy nos muestra como analistas y calificadoras voltean a ver a México como renovado oasis para montar bases y plantas de producción que cumplan con las reglas de origen establecidas por el malquerido, pero vigente, T-MEC y salvar su acceso al mercado más rico del mundo.
Todo lo que nuestros gobiernos dejaron de aprovechar con la llamada relocalización o nearshoring, la increíble política nacionalista del señor Trump parece regalarnos el tiempo perdido.
Y en lo político regala a la presidencia de Claudia Sheinbaum un discurso impecable. La estrategia de “cabeza fría” dio resultado. El
gobierno con el respaldo del pueblo impuso respeto por parte del feroz inquilino de la Casa Blanca.
Esa venta narrativa activó la reunión-cargada en torno a la Presidenta científica, prudente y estadista en el Museo Nacional de Antropología. El villano del norte permite el surgimiento de la heroína del sur. Empresarios, políticos, legisladores de todos los partidos y los estandartes de los pueblos originarios, aplaudieron a la jefa. Y al Plan México.
Las complacencias de nuestro gabinete de seguridad a los apetitos justicieros de Trump, de la DEA y del Departamento de Estado gringo, regalándoles icónicos capos y a operadores capturados, sirven al segundo piso de la 4T para desmarcarse de la perniciosa pasividad del “abrazos, no balazos”.
Por defecto, la hostilidad arancelaria de Estados Unidos en contra del mundo nos viene bien. En principio. Ahora toca trabajar para encontrar cómo hacer que el discurso de la nueva productividad mexicana encuentre infraestructura y mercado.
Consuma México es un bonito concepto y mejor eslogan. Habrá que ver si las condiciones reales en materia de seguridad jurídica y física, suministro confiable de energía y garantías para el tránsito y la inversión productiva, son posibles antes de un segundo ataque arancelario.
Periodista, director de Emisoras Habladas en Radiópolis.