El papa Francisco, líder de la Iglesia católica, falleció a los 88 años en El Vaticano, marcando el cierre de un papado que comenzó en 2013 tras la histórica renuncia de Benedicto XVI. Jorge Mario Bergoglio, de origen argentino, murió tras complicaciones médicas, siendo la más severa una neumonía bilateral, acompañada por otros padecimientos respiratorios y crónicos.
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Desde febrero de este año, el pontífice había sido hospitalizado a causa de una bronquitis que provocó dificultades para respirar. Aunque inicialmente se informó que su estado no era grave, el Vaticano luego reconoció un “cuadro clínico complejo” que requería una prolongada hospitalización. El 18 de febrero se cancelaron sus actividades oficiales, y días más tarde se confirmó la gravedad de su estado de salud.
Francisco destacó por ser el primer papa latinoamericano y por impulsar reformas progresistas dentro de la Iglesia. Durante su pontificado, mostró apertura hacia temas polémicos como el matrimonio entre personas del mismo sexo, la participación de mujeres en roles religiosos de liderazgo, el aborto y la defensa de la ciencia.
A lo largo de sus más de 10 años de servicio, también enfrentó dificultades físicas, incluyendo operaciones, uso de silla de ruedas y bastón, además de una cirugía intestinal en 2021. Pese a su frágil salud, mantuvo una agenda activa hasta sus últimos meses, realizando visitas internacionales e importantes encuentros interreligiosos.
Tras su muerte, el Vaticano se prepara para convocar un nuevo Cónclave, el cual designará al próximo sucesor de San Pedro conforme al protocolo establecido.