El pasado lunes, Martín Borrego Llorente, exjefe de la Oficina de la Cancillería y reciente coordinador de Contacto con la Ciudadanía de la Semarnat, presentó su renuncia tras las críticas recibidas por utilizar instalaciones públicas para un evento personal. La renuncia, aceptada por la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, ocurre en medio de una investigación interna ordenada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente.
La polémica surgió a partir de una revelación periodística que mostró cómo Borrego solicitó el Salón de Recepciones del Museo Nacional de Arte (MUNAL), el pasado 4 de octubre, argumentando un evento diplomático relacionado con los 89 años de la relación entre México y Rumania. Sin embargo, fotografías confirmaron que el espacio fue utilizado para celebrar su boda con Ionut Valcu, funcionario de la embajada de Rumania. Al evento asistieron figuras diplomáticas y la propia secretaria Bárcena.
Admisión de responsabilidad
En una carta dirigida a la titular de la Semarnat, Borrego reconoció haber usado un correo institucional para gestionar la solicitud y aceptó que fue un acto impropio para un funcionario público. En su misiva, señaló:
“Reconozco que fue impropio haber solicitado el espacio a través de un correo institucional, como jefe de oficina de la SRE, con el agravante de hacerlo sin el conocimiento de mi superior. Este actuar no fue correcto ni digno de la confianza que se depositó en mí”.
El funcionario aseguró que el evento fue financiado con recursos personales y no generó afectaciones al erario público. Sin embargo, lamentó haber involucrado a Bárcena en el incidente.
Investigaciones en curso
El Órgano Interno de Control de la Cancillería continúa las investigaciones para determinar si otros funcionarios estuvieron implicados en esta irregularidad. Por su parte, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) aclaró que la renta del espacio fue otorgada por tratarse de un supuesto evento diplomático, tal como ocurre con otras solicitudes de embajadas. Según el INBAL, la logística del evento estuvo a cargo de la embajada de Rumania.