Juan María Naveja
Los pobres resultados de la visita del presidente López Obrador a Washington son el reflejo de la falta de planeación, la ausencia de profesionales en los proyectos del gobierno actual y se pueden extrapolar a los magros resultados en el aeropuerto Felipe Ángeles, lo que realmente costará y servirá Dos Bocas y los tropiezos con el Tren Maya.
Hay desprecio por los profesionales, por los que sí saben. México tiene una tradición bien ganada porque el cuerpo diplomático hace bien su trabajo. La visita a la capital de Estados Unidos apenas ayudó para empezar un proceso de cicatrización por los daños que dejó la ausencia, y, sobre todo, la campaña contra la Cumbre de América. Por cuenta propia o animado por el coro que lo acompaña, el presidente no midió las consecuencias, es más que evidente que tanto Biden como el personal del Departamento de Estado no acaban de digerir los dolores de cabeza que les ocasionó el mandatario mexicano.
No se necesitaba tener los conocimientos y experiencia del maestro Eduardo Matos para suponer que en la Riviera Maya existen abundantes vestigios de las culturas prehispánicas, antes de siquiera anunciar un proyecto se debieron realizar los estudios de impacto ambiental, cultural y costo-beneficio, entre otros. Solo en el tramo 5 el INAH confirma que por donde quiera que se escarba brotan las evidencias, son cientos de miles las piezas que han rescatado.
En el caso del aeropuerto en la base aérea de Santa Lucía dejemos atrás las implicaciones económicas. Los hallazgos de restos de animales, en particular mamuts llevaron a un trabajo, digamos, suficiente para frenar inconformidades; se permitió la entrada de técnicos, se construyó un museo y hasta hicieron del mamut el símbolo de la terminal, tal vez con el tiempo nos vamos a enterar que hay mucho más por descubrir de quienes habitaron ahí hace cinco mil años o más; será difícil, porque los militares estarán en la base otros tantos años…
Los técnicos y especialistas sostienen que Texcoco era el sitio correcto para el aeropuerto; como Tula para una refinería. Se tomó una decisión voluntarista y los costos de no escuchar a los que saben ya se sienten en la aviación, tarde o temprano ocurrirá lo mismo en Paraíso, Tabasco, con las consecuencias de construir una refinería sobre un humedal.
Por estos días estamos maravillados con las fotografías tomadas con el telescopio espacial James Webb, eso no estaría sucediendo si la Nasa hubiera dejado el proyecto en manos de improvisados.
La visita a Washington estuvo plagada de errores, a las necedades con respecto a la Cumbre de América le siguió el dislate con la Estatua de la Libertad, para el diseño de la agenda no hubo negociación previa, el canciller y el embajador andaban en otra cosa, de nuevo se ignoró a los legisladores estadounidenses y a las comunidades de mexicanos y las consecuencias están a la vista; seguramente la peor gira de un presidente de México por Estados Unidos.
Al Margen
¿Verdad que si se puede? El episodio de Topilejo demostró que un operativo bien realizado puede hasta contra presuntos criminales armados hasta los dientes. Qué diferente hubiera sido el Culiacanazo dirigido y ejecutado por policías, y sí, con el apoyo de las fuerzas armadas; pero con un especialista coordinando las acciones.
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