México se libró de la implementación de aranceles en Estados Unidos a sus exportaciones, pero no de los efectos negativos por las acciones que realizaron las calificadoras a la nota soberana y de Pemex.
De acuerdo con expertos, la revisión en la calificación crediticia complicará la principal meta fiscal del gobierno para este año, que es lograr un superávit primario de 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Indicaron que la baja en la calificación de Fitch Ratings y la revisión de la perspectiva a negativa de Moody’s, son una alerta para los inversionistas, que implicará un menor crecimiento y un posible aumento de la deuda.
Los especialistas indicaron que por el momento no es posible cuantificar si esto repercutirá en un mayor costo financiero de la deuda, aunque eventualmente sí podría haber un mayor pago de intereses, solo si hay un alza en los réditos y el tipo de cambio permanece alto a lo largo del año.
Consideraron que el riesgo después de la revisión de las calificadoras es el superávit primario, pues podría no alcanzarse la meta de 1 por ciento del PIB, debido a una perspectiva de menor crecimiento económico y, por ende, menor recaudación y un posible aumento de la deuda como proporción del PIB.
Luis Foncerrada, economista en jefe de AmCham, dijo que el gobierno está apostando a que va lograr el superávit primario, pero si pretende dar un respiro adicional a Pemex, ante los señalamientos de las calificadoras en la reducción de la carga fiscal, usando parte de los fondos que no están gastando, entonces habría riesgos para el superávit.
Carlos López Jones, economista en jefe de Tendencias Económicas y Financieras, consideró que la revisión de las calificadoras es un aviso o una advertencia para los inversionistas, a quienes se les dice “tengan cuidado con México”.
Por su parte, Ernesto O’Farrill, presidente de Bursamétrica, indicó que el superávit primario se puede ver afectado porque vendría un menor crecimiento económico, además la recaudación “se puede venir para abajo y podría ser menor a lo programado”.
El recorte a la nota crediticia de Pemex, de ‘BBB-’ a ‘BB+’, por parte de Fitch Ratings, podría complicar los planes para el rescate financiero de la petrolera.
Alberto Velázquez, director de finanzas de Pemex, dijo la semana pasada que “en breve” la compañía saldría al mercado de capitales para refinanciar deuda por 2 mil 159 millones de dólares. Esto se suma al anuncio de hace unas semanas, sobre la renegociación de deuda y ampliación de dos líneas revolventes por 8 mil millones de dólares.
“Sin duda se va a tener que modificar (el plan de Pemex) porque no va a haber expectativa de nadie (para refinanciar la deuda)”, dijo Pablo Medina, analista del sector.
“(Aumentará el costo de) cualquier crédito que no está firmado ya, toda la deuda que Pemex pueda adquirir, todo el riesgo que conlleva o cualquier riesgo financiero que involucre a Pemex hoy; aumentó el costo de capital para la empresa, en sentido de que la deuda le va a costar más”, advirtió.
No obstante, los expertos indicaron que aún es muy pronto para definir cuál será el costo financiero de la compañía ahora que la deuda de Pemex perdió el grado de inversión.
“Los financiamientos a futuro sí es muy probable que sean más caros. ¿Cuánto? Aún no sabemos”, dijo Marco Oviedo, jefe de investigación Económica para América Latina de Barclays. “Esto puede cambiar en los próximos días, si Pemex anuncia algo positivo se puede corregir la poca demanda que tienen sus bonos”.
Aún así, la petrolera desestimó afectaciones tras el anuncio de Fitch y Moody’s. El viernes pasado publicó un comunicado en donde asegura que el jueves 6 de junio lograron sumar más instituciones bancarias a su plan de refinanciamiento por 8 mil millones de dólares.
Fuente: El Financiero