Luego de que fuera privado de su libertad el estudiante Norberto Ronquillo Hernández, su secuestrador se comunicó con la familia de la víctima y le exigió, entre amenazas y gritos, el pago de 5 millones de pesos para no matar al joven, de 22 años.
El hombre se encontraba en un lavado de autos en Calzada de las Bombas. Eran las 3:00 h del miércoles 5 de junio. Fui ahí donde le ordenó a Osvaldo, primo de Norberto, estacionar el auto en el que iba, bajar, cruzar la calle y lanzar del otro lado de una reja, el bolso con el dinero y las alhajas que acordaron como pago de rescate.
Osvaldo siguió las órdenes y una vez cumplida el joven se fue de ahí. Manejó hasta Canal de Chalco y se estacionó en un solitario lugar donde le dijeron que liberarían a su primo.
El reloj avanzó y a las 7:00 h, Osvaldo supo que Norberto no llegaría y se fue. Los secuestradores no volvieron a llamar.
En el expediente que lleva la Fuerza Antisecuestros (FAS) de la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México (PGJCDMX), así quedó registrado el paso a paso del secuestro.
Norberto salió de la Universidad Pedregal a las 21:32 h del martes 4 de junio. Nueve minutos después, a las 21:41 h, comenzaron las llamadas para exigir un rescate. Quien las hizo usó el teléfono del propio Norberto.
Su tío recibió esa primera comunicación, pero se cortó. Después la segunda: “!¿Por qué cuelgas puto?!”, dijo aquel hombre. Al escuchar el insulto, colgó. La siguiente llamada la recibió la tía de Norberto que regresaba de un viaje.
Los secuestradores sabían perfectamente que el universitario vivía con sus tíos.
“Junta dinero, empieza a juntar dinero pendeja”, le dijeron a la mujer. Al fondo se escuchaba la voz de Norberto que decía, “ayúdame tía”, alcanzó a entender ella.
Tras la comunicación, Osvaldo y su papá fueron de inmediato a denunciar a la FAS. Sin embargo, la tía de Norberto continuó con las negociaciones.
Primero querían 5 millones pesos, luego tres, después uno, al final acordaron mucho menos dinero en efectivo. Además de alhajas.
Tras llegar al acuerdo, la tía de Norberto llamó a su esposo y a su hijo Osvaldo. Les informó de la negociación y les pidió que regresaran a la casa.
Posteriormente, Osvaldo sería el que continuaría hablando con el secuestrador para planear la entrega del rescate. La cita fue a las 3:00 h frente a un lavado de autos de Calzada de las Bombas.
Tras lanzar el dinero, Osvaldo esperó la liberación de su primo hasta las las 7:00 h. En el camino a su casa encontró el auto de su primo. El Yaris quedó estacionado en una de las puertas de acceso a un deportivo, junto al Club de Golf México. En el piso estaban las llaves.
Osvaldo pidió ayuda de la policía, según el reporte. Sin embargo, los agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que llegaron, no preservaron la evidencia. Revisaron el vehículo y permitieron que lo encendieran con las llaves y se lo llevaran a casa. Los uniformados lo escoltaron en su patrulla.
La tarde del domingo fue encontrado el cuerpo sin vida de Norberto, estaba amarrado con cobijas, plástico y cables.
Fuente: Contra Réplica