Estados Unidos, que impone un embargo petrolero a Venezuela, que entró en vigor este domingo, mantiene unas turbulentas relaciones con Caracas desde la llegada al poder en 1999 de Hugo Chávez.
Las relaciones se tensaron todavía más desde el 23 de enero, cuando el líder opositor Juan Guaidó se juramentó «presidente interino», reconocido como tal por una cincuentena de países, incluyendo Estados Unidos.
En el poder desde febrero de 1999 hasta su muerte el 5 de marzo de 2013, el presidente socialista Hugo Chávez, iniciador de una «revolución bolivariana», lanzó a partir de 2001 una serie de nacionalizaciones, desde el sector petrolero hasta el agroalimentario, pasando por la gran distribución. Esta «reapropiación» afectó a varios grupos estadounidenses, como ConocoPhilipps o Exxonmobil, provocando acciones judiciales.
Las relaciones de los dos países se degradaron profundamente durante un intento de golpe de Estado frustrado en 2002 en Venezuela. Chávez acusó al presidente George W. Bush, al que calificó de «diablo», de haber apoyado la rebelión.
Estados Unidos veía con preocupación las posiciones de Hugo Chávez contra el neoliberalismo, sus contactos con Irak y Libia, su amistad con el presidente cubano Fidel Castro y los presuntos vínculos con la guerrilla colombiana que siempre negó.
Hugo Chávez, por su parte, fustigó al imperialismo estadounidense al que prometió dejar «KO».
Las tensiones se alimentaron especialmente con unas agresivas declaraciones. En su programa de televisión «Aló presidente», Hugo Chávez calificó a George W. Bush de «cobarde», «asesino», «genocida» o «alcohólico».
En 2006, el secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, comparó al presidente venezolano con Adolf Hitler.
En varias ocasiones, Hugo Chávez y después su sucesor Nicolás Maduro acusaron a Estados Unidos de apoyar intentonas golpistas.
En 2006, Estados Unidos prohibió la venta de armas y de material militar estadounidense a Venezuela, debido a su falta de cooperación en la guerra contra el terrorismo.
Venezuela y Estados Unidos no tienen embajadores respectivos desde 2010.
En 2015, Washington impuso sanciones contra varios responsables venezolanos acusados de violar los derechos humanos. El New York Times dedicó una página a Venezuela asegurando que no representaba ninguna «amenaza».
En los últimos años hubo sanciones contra varios responsables venezolanos, incluido el presidente, calificado de «dictador». Tras la elección de julio de 2017 de la Asamblea Constituyente considerada «ilegítima», Estados Unidos prohibió a sus ciudadanos y empresas comprar deuda pública venezolana o de su compañía petrolera pública Pdvsa.
Caracas atribuyó a estas sanciones las graves penurias alimentarias y de medicamentos que golpean al país.
En agosto de 2017, el presidente estadounidense, Donald Trump, provocó la ira de Caracas y la polémica en América Latina al hablar de una «posible opción militar» en Venezuela.
El 22 de enero de 2019, un día después de un levantamiento militar reprimido, Nicolás Maduro acusó a Washington de haber ordenado «un golpe de Estado fascista». Cuando Washington reconoció, el 23, a Juan Guaidó como presidente encargado, Caracas rompió relaciones diplomáticas.
Un mes después, el régimen chavista bloqueó la entrada a Venezuela de camiones con ayuda humanitaria procedente de Colombia y Brasil, viendo en ésta una premisa de intervención militar.
A pesar de la encendida retórica, ambos países siguen siendo importantes socios comerciales.
La entrada en vigor, este domingo, del embargo estadounidense sobre el petróleo venezolano podría agravar la crisis económica.
Venezuela, que obtiene el 96% de sus ingresos del petróleo, realizaba un tercio de sus ventas de crudo en Estados Unidos en 2017.
Estados Unidos congeló los fondos de Pdvsa en territorio estadounidense y los de su filial estadounidense Citgo y cedió su control a Juan Guaidó.
Venezuela es un importante actor del sector petrolero en Estados Unidos a través de la filial Citgo de Pdvsa, que posee refinerías, oleoductos y acciones en reservas petroleras en suelo estadounidense. Miles de gasolineras lucen el letrero Citgo bajo un estatuto de franquicia.
Fuente: El Universal