México encabeza la lista de países donde más periodistas han sido asesinados mientras realizaban su labor, según datos la Federación Internacional de Periodistas (FIP, por sus siglas en inglés).
En su reporte anual llamado «Kill Report», la federación señala que durante el 2017 al menos 81 periodistas perdieron la vida en asesinatos selectivos, atentados con coches bomba e incidentes de fuego cruzado en todo el mundo.
México encabeza la lista, seguido de países en zonas de guerra como Afganistán, con 11, Irak también con 11 y Siria, con 10.
Por otra parte, más de 250 periodistas estuvieron en prisión en 2017.
El número de muertes hasta el 29 de diciembre fue el más bajo en una década, frente a 93 en 2016.
El Presidente de la FIP, Philippe Leruth, dijo que pese a la baja en las muertes, los niveles de violencia en el periodismo siguen siendo inaceptablemente altos.
«(Parece) muy inquietante que esta disminución no pueda vincularse con ninguna medida de los Gobierno para hacer frente a la impunidad de estos crímenes», dijo.
Ocho mujeres periodistas fueron asesinadas, dos en en Europa, como Kim Wall en Dinamarca, quien fue asesinada en un submarino sobre el que escribía un artículo, así como la periodista de investigación Daphne Caruana Galizia quien murió en un atentado con una bomba instalada en su vehículo.
Por otra parte, la FIP advirtió que una cantidad sin precedentes de periodistas fueron encarcelados, obligados a huir de la autocensura, era generalizada, y que el periodismo independiente estaba en niveles epidémicos.
Turquía, país donde la presión oficial sobre los medios de comunicación se ha incrementado desde el fallido intento de golpe de Estado en 2016, se está haciendo notoria por poner a los periodistas tras las rejas.
Cerca de 160 periodistas están encarcelados en el país, dos tercios del total mundial, según el informe.
La organización también expresó su preocupación por India, la democracia más grande del mundo, donde informó que los ataques a periodistas están siendo motivados por el populismo violento.
Fuente: Reforma