De negar tajantemente que el TLC se estuviese «tambaleando» y restar importancia a los tuits y los improperios de Trump a admitir la posibilidad de que se abra un paréntesis en la renegociación y reconocer que se trabaja desde hace tiempo en un plan B al mayor tratado comercial del planeta. El secretario (ministro) de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, ha afirmado este martes que su Gobierno prepara un «plan alternativo» por si Donald Trump optase finalmente por sacar a su país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) y ha dejado caer que las conversaciones trilaterales pueden quedar en el aire de aquí al viernes, cuando está previsto que comience la segunda ronda de negociación en la Ciudad de México.
«No podemos ser irresponsables y no tener un plan alternativo. Al mismo tiempo que tenemos una visión constructiva [de] que queremos llevar esta negociación a buen puerto», ha dicho Guajardo al término de una reunión en el Senado. «[México] no puede quedarse paralizado, esperando simplemente que esto llegue a su recta final».
Pocos minutos antes, el titular de Economía había admitido ante los senadores del PRI la posibilidad de que «el próximo viernes se llegue a un impasse [en las negociaciones]». «No lo podemos descartar», ha afirmado, según la agencia Reuters. «Tampoco vamos a estar en la mesa a cualquier precio». Poco después, ya en declaraciones a la prensa, Guajardo ha negado ese extremo y simplemente ha afirmado que el proceso negociador «no va a ser sencillo» y que «será como una montaña rusa, con días buenos y días malos».
Aunque Guajardo siempre ha subrayado la importancia de que México mire más allá del TLC para estar preparado por si Trump acaba cumpliendo sus amenazas y saca a EE UU del tratado, sus palabras de este martes suponen un giro respecto a lo que el propio secretario de Economía afirmaba hace apenas 10 días. Del optimismo inicial pese a la dura declaración inicial de su homólogo estadounidense, Robert Lighthizer —»el TLC no se está tambaleando; [decir eso] es tener una percepción equivocada»— se ha pasado a una versión mucho menos color de rosa y quizá más realista del momento que atraviesan las negociaciones.
El plan B mexicano descansa, según el secretario de Economía mexicano, en tres pilares: el acceso al mercado de ambos países, la diversificación de socios comerciales y la certidumbre a las inversiones extranjeras en territorio nacional. «La mitad de los bienes entran hoy sin los beneficios de TLC. ¿Qué quiere decir esto? Que [aunque el TLC naufragara], continuará el comercio establecido». Sin embargo, Guajardo ha reconocido que «algunos bienes podrían enfrentar picos arancelarios, como el maíz o la fructosa [de EE UU a México] o los tomates y las camionetas pick up [a la inversa]».
Respecto a la diversificación —uno de los puntos en los que más incidieron las autoridades mexicanas en las primeras semanas de presidencia de Trump, cuando el tratado parecía correr más riesgo, pero que ha ido pasando después a un discreto segundo plano—, el máximo responsable mexicano en la parcela económica ha remarcado la necesidad de poner en marcha «un plan muy claro» en este ámbito. «Estamos avanzando en la quinta ronda de negociaciones con Europa; vamos a la sexta ronda con Brasil y estamos yendo a Australia para la definición del TPP11 [el acuerdo transpacífico ya sin la presencia de EE UU]». Hoy, más del 80% de las exportaciones de México dependen del mercado estadounidense por lo que la salida de la primera potencia mundial del acuerdo sería un duro golpe para el sector exterior y para la economía mexicana en su conjunto.
En cuanto a la relevancia de «dar certidumbre» de las inversiones extranjeras en México si el TLC finalmente cayese, Guajardo ha destacado que los acuerdos comerciales de hoy «no son solo para acceso de bienes y mercancías», son también para enviar mensajes claros de confianza a los inversores. «Y al no tener un TLC, la legislación tendría que garantizar a los inversionistas nacionales y extranjeros la confianza de sus inversiones», ha añadido. El titular mexicano de Economía también ha incidido en la importancia que tendría la Organización Mundial del Comercio (OMC) en ese escenario: «Sería el referente para dirimir las controversias».
El secretario de Economía mexicano también se ha referido al viaje que tanto él como el canciller, Luis Videgaray, emprenderán hoy a Washington para reunirse con sus homólogos estadounidenses: «La reunión estaba programada desde hace tiempo, no [se ha fijado] después del reciente tuiteo».
Fuente: El País