El dos veces candidato presidencial de México, Andrés Manuel López Obrador ha sido comparado por sus rivales políticos con el presidente de Venezuela, Nicolas Maduro Moros.
Ricardo Anaya, líder del PAN y Enrique Ochoa Reza, líder del PRI, aseguran que tanto el tabasqueño como el venezolano son líderes populistas que causan problemas a los países con sus propuestas gubernamentales.
Pero más allá de los dichos, aquí te presentamos en que no se parecen estos políticos, dejando de lado las más obvias: Maduro tiene 54 años (nació el 23 de noviembre de 1962) mientras que AMLO tiene 63 años (13 de noviembre de 1953).
INICIOS
El camino hacia el estrellato político ha sido muy distinto para López Obrador y para Maduro.
Para empezar, la formación académica de Nicolás Maduro estuvo ligada a la “Escuela de Formación Política” de La Habana, Cuba, una institución que formaba a sus alumnos bajo la filosofía marxista, economía política, historia de América Latina, historia de la Revolución Mexicana, entre otras cátedras, reveló uno de sus compañeros de estudio al Diario del Huila.
Después de su adoctrinamiento, Maduro trabajó como conductor en el Metro de Caracas, empresa en la cual llegó a ser integrante de la Junta Directiva y se convirtió en dirigente sindical. Además es fundador del nuevo Sindicato del Metro de Caracas (SITRAMECA).
Maduro también militó en el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) y fue activista por la libertad de Hugo Chávez cuando este se encontraba en prisión por su participación en la insurrección militar del año 1992.
Además, solía reunirse en la clandestinidad con los colectivos sociales que apoyaban el proceso revolucionario.
Por su parte, López Obrador estudió la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y aunque nunca formó parte de un sindicato, si entró a la administración pública desde muy joven.
Por ejemplo, inició su carrera política en 1976 cuando apoyó la candidatura del poeta tabasqueño Carlos Pellicer para senador por el estado de Tabasco, abanderando al PRI.
En 1977 AMLO fue director del Instituto Indigenista de Tabasco, donde realizó trabajo en favor de los indígenas chontales. En 1984 regresa al Distrito Federal y asume la Dirección de Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor.
TRATO CON EL LEGISLATIVO
La forma en que se han relacionado Maduro y López Obrador con el Poder Legislativo es otro punto diferente entre ambos políticos, pues mientras que a Maduro le tocó durante sus primeros años un Poder Legislativo a modo, el tabasqueño tuvo que lidiar con su desafuero.
Hasta marzo de 2017, la Asamblea Nacional de Venezuela estuvo del lado de Nicolás Maduro y el Partido Socialista Unido de Venezuela.
El Legislativo venezolano fue hasta esa fecha un aliado del gobierno de Maduro, que enfrenta una severa crisis económica con una prolongada escasez de medicamentos y alimentos.
Eso fue lo que hizo el presidente de Venezuela a través del oficialista Tribunal Supremo, que en marzo pasado disolvió la Asamblea Nacional, bajo el argumento de que dicho poder actuaba en desacato desde enero de 2016, debido a la toma de protesta de tres diputados opositores cuya elección fue suspendida por presunto fraude.
Los legisladores de oposición acusaron a Maduro de ejercer un golpe de Estado con la determinación del Tribunal Supremo y exigió que hubiera una verdadera separación de poderes en Venezuela.
En cambio, aunque Andrés Manuel López Obrador ha criticado las decisiones del Legislativo (como la aprobación de la reforma energética y la hacendaria) siempre ha respetado dicho poder.
Para muestra, lo que pasó el 6 de abril de 2005, cuando la Cámara de Diputados le quitó a AMLO su fuero como jefe de Gobierno del Distrito Federal para que enfrentara un proceso por el presunto desacato a un amparo en relación con un predio particular.
«Estoy seguro que la mayoría de ustedes votará a favor del desafuero sin medir las consecuencias de sus actos porque piensan que podrán justificarse diciendo que defienden el Estado de Derecho. ¿De cuándo a acá los más tenaces violadores de la ley, los saqueadores, quieren aparecer como los garantes del Estado de Derecho? Ustedes me van a juzgar, pero no olviden que todavía falta que a ustedes y a mí, nos juzgue la historia», le dijo López Obrador a los diputados federales antes de ser desaforado.
El efecto del desafuero fue contraproducente para los opositores de AMLO pues como consecuencia de este acto se llevaron a cabo varias protestas masivas en la Ciudad de México y el entonces presidente Vicente Fox terminó por dar marcha atrás al proceso contra López Obrador.
Con este apoyo, AMLO ganó más fuerza en sus aspiraciones presidenciales y arrancó como el candidato con más posibilidades de llegar a Los Pinos, aunque perdió la elección de 2006 ante el panista Felipe Calderón Hinojosa por una diferencia de votos del 0.56%.
Por ejemplo, en abril pasado la fabricante de automóviles General Motors denunció al gobierno de Maduro por confiscar una planta de ensamblaje, por lo que la compañía estadounidense tuvo que despedir a casi 3 mil empleados venezolanos.
“GM rechaza fuertemente las medidas arbitrarias que tomaron las autoridades y recurrirá a todas las acciones legales para defender sus derechos”, dijo la empresa de EU tras el hecho.
Pero esta no sería la primera vez que Maduro realizará una expropiación a una empresa extranjera.
En julio de 2016, el gobierno venezolano ordenó la ocupación de la planta de la empresa estadunidense Kimberly Clark por parte de los trabajadores y acordó la reactivación de sus operaciones, que fueron paralizadas debido al deterioro de las condiciones económicas del país.
La empresa estadounidense dijo previamente que suspendería indefinidamente sus operaciones por la «inhabilidad para comprar materia prima» y la «carencia de divisas y el rápido aumento de la inflación», reportó El Financiero.
En contraste, Andrés Manuel López Obrador ha dicho que no es partidario de expropiar empresas, con lo que echó abajo el rumor de que si llegaba a Los Pinos, expropiaría medios de comunicación como Televisa o TV Azteca, fuertes críticos del exjefe de Gobierno.
«No queremos expropiar a Televisa ni a ningún medio de comunicación, lo que queremos es que no haya monopolios», dijo López Obrador en un discurso en 2012.
VIOLENCIA VS PAZ
En el tema de la lucha armada para lograr un cambio en el mundo, Maduro y AMLO tienen puntos de vista muy distintos.
El presidente de Venezuela ha dicho en reiteradas ocasiones que no dudaría en convocar a una protesta armada en caso de que no se le permita continuar con el proyecto de la Revolución Bolivariana.
«Si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia y fuera destruida la Revolución Bolivariana, nosotros iríamos al combate, nosotros jamás nos rendiríamos y lo que no se pudo con los votos lo haríamos con las armas; liberaríamos nuestra patria con las armas», dijo Maduro el pasado 27 de junio.
Contrario a Maduro, López Obrador ha dicho que jamás convocaría a las personas a tomar las armas para lograr un cambio en el sistema político mexicano.
El exjefe de Gobierno del Distrito Federal ha comentado que cree en las elecciones para cambiar la realidad de México.
«Esta lucha es, sobre todo, por la transformación de nuestro país, vamos a las elecciones porque solo hay dos elecciones de lograr un cambio, la vía armada o la vía pacífica electoral y nosotros hemos decidido la transformación que necesita México por la paz y la vía electoral», dijo el dirigente de Morena en un discurso en mayo de 2015.
CARISMA
En materia de carisma y arraigo popular, AMLO y Maduro se cuecen aparte.
Por ejemplo, Nicolás Maduro intenta imitar al comandante Hugo Chávez con apariciones diarias en televisión, un vocabulario popular y discursos cargados de retórica antiestadounidense y denuncias de golpe de Estado, de acuerdo con la agencia AFP.
Sin embargo, con el paso del tiempo ha podido construir un estilo propio. Por ejemplo, él maneja su propia camioneta, es un usuario muy activo en redes sociales y para contrarresta la ofensiva opositora para sacarlo del poder, Maduro lanzó en 2016 «la hora de la salsa», en donde se le puede ver bailar con su esposa, Cilia Flores, a quien llama la «primera combatiente».
Todo esto enfurece a sus oponentes, que le llaman «dictador» y le reprochan que se divierta cuando el país vive un colapso económico y protestas.
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador es uno de los políticos más carismáticos de México y uno de los pocos líderes opositores que puede convocar a protestas masivas sin ser un funcionario público y sin tener que hacer espectáculos como los que realiza Maduro.
López Obrador podría ser el verdugo de una élite política encarnada por el PRI, que gobernó México por más de 70 años hasta 2000, entre luces y sombras de tiranía y corrupción, según el sitio oficial de Morena, partido del cual es líder desde 2015.
CARGOS PÚBLICOS
En cuanto a puestos públicos y de elección, Maduro tiene un camino distinto al de López Obrador, ya que el venezolano ha sido presidente de su país en dos ocasiones, mientras que AMLO aún no logra ganar la presidencia mexicana.
De enero a diciembre de 1999, Maduro fue diputado del Congreso de la República de Venezuela y en 2000 fue electo diputado local para el quinquenio 2000-2005.
En agosto de 2006 asumió el Ministerio de Relaciones Exteriores, cargo desde el cual impulsó la consolidación del Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América, la cual tiene como objetivo la inclusión social y la erradicación de la pobreza en América Latina, así como el acuerdo del Petrocaribe (2005); la Unasur (2008) y la CELAC (2010).
En octubre de 2012, Nicolás Maduro fue nombrado vicepresidente de Venezuela. El 8 de marzo de 2013, pocos días después de la muerte de Hugo Chávez, es nombrado presidente interino de la República Bolivariana de Venezuela.
Y es hasta el 14 de abril de ese año cuando fue electo como presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, cargo que desempeña hasta la actualidad.
López Obrador tiene menos cargos públicos. En 1988 se unió a la Corriente Democrática que encabezaron políticos como Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, y en agosto de ese mismo año asumió la candidatura para gobernador del estado de Tabasco por el Frente Democrático Nacional, pero perdió la elección.
Al crearse en 1989 el Partido de la Revolución Democrática (PRD), López Obrador fue nombrado presidente de este instituto político en Tabasco; en 1994 sus partidarios lanzan nuevamente su candidatura para el gobierno tabasqueño y vuelve a perder.
Años después, en 1996, contendió por la presidencia nacional del PRD, cargo que ocupó del 2 de agosto de 1996 al 10 de abril de 1999. El 29 de marzo de 2000 obtuvo su registro ante el Instituto Electoral del Distrito Federal como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal y el 2 de julio ganó las elecciones con 37.5% de los votos emitidos.
López Obrador tomó posesión el 5 de diciembre de 2000 y con ello se convirtió en el primer gobernante electo para un periodo de seis años en la Ciudad de México.
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