Donald Trump convirtió Twitter en la plataforma de comunicación primordial para lanzar su mensaje populista. La utiliza para amenazar a las grandes corporaciones y como instrumento de presión diplomática. Pero la implicación del “tuitero en jefe” no es suficiente para dar una segunda oportunidad a la compañía que fundó Jack Dorsey, que cerró el año estancada en 319 millones de usuarios y el crecimiento de sus ingresos se modera. Sus pérdidas anuales fueron de 457 millones de dólares y la guía a los inversores para el primer trimestre es que reduzca la rentabilidad a la mitad.
El incremento de la base de usuarios globales es de solo el 0,6%, o dos millones, cuando se compara con los que reportó en el tercer trimestre, lo que vuelve a poner de manifiesto la dificultad que tiene la tecnológica de San Francisco para crecer y así generar demanda entre los anunciantes. Se esperaba un impulso mayor en la recta final del año, por el tirón de las elecciones presidenciales y por la intensidad tuitera del presidente electo.
Pero como muestran los resultados, Trump no está teniendo un efecto cuantitativo. La red social cerró 2016 con ingresos de 2.500 millones de dólares, es una mejora del 14% aunque se desacelera por la competencia de SnapChat e Instagram. De ese total, 717 millones corresponden a los ingresos del cuarto trimestre, más débiles de lo esperado.
Wall Street recibió los resultados con una caída superior al 10%. Twitter ya perdió un 75% de su valor cuando se toma como referencia el máximo que alcanzó en diciembre de 2013, a los pocos meses de cotizar en Wall Street. Sin embargo, logró remontar un 25% durante el último año, bien por los rumores de compra o por el revuelo que está creando Trump tras su victoria electoral.
El servicio streaming audiovisual de Twitter registró 8,6 millones de visitantes únicos que siguieron en vivo el evento de la toma de posesión del nuevo presidente hace cuatro semanas. Es la mayor audiencia registrada por la plataforma durante las elecciones, que supera los 7,5 millones de la noche electoral y los 4,2 millones del último debate entre Donald Trump y su rival Hillary Clinton.
Pero incluso si el presidente es capaz de atraer curiosos, los analistas que siguen la compañía advierten de que Trump no es un catalizador y consideran que Dorsey tendrá complicado ampliar su base de usuarios si no es capaz de dar un cambio que convierta a la plataforma en un producto visualmente más simple. La gente, explican, se cansa porque debe navegar entre información que genera mucho ruido.
Twitter, como Facebook, registró en el pasado repuntes en el crecimiento de su base de usuarios gracias a eventos específicos. La pregunta es cómo puede lograr que se convierta en una implicación sostenida a largo plazo que atraiga a los anunciantes y potencie los ingresos. Es el mismo reto al que se enfrenta SnapChat, que acaba de formalizar la solicitud al regulador del mercado de valores para cotizar en marzo.
Fuente: El País