Brújula
Ana Paula Ordorica
Mucho revuelo ha causado el spot, perdón, el twitt, del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en el que menciona a México, a los mexicanos, la unidad y nuestro futuro en un video que cierra con su nombre, un logo y nada sobre su cargo institucional. Simplemente Osorio.
No es de extrañar que esto que no puede leerse más que como un lanzamiento rumbo al 2018 se de justo veinte días después de que saliera del gabinete el otro hombre fuerte del gobierno de Peña Nieto, Luis Videgaray.
Sale Videgaray; Osorio ve el camino libre para comenzar su campaña rumbo al 2018. Lo que es normal y necesario si tomamos en cuenta dos asuntos. El primero es que a estas alturas de la contienda del 2012, el PRI ya tenía claro que su candidato sería Peña Nieto.
Revisando las encuestas de Grupo Reforma, en agosto del 2010 el PRI como partido se perfilaba para ganar la presidencia. Gozaba del respaldo del 31 por ciento en las encuestas. En diciembre de ese mismo año, el equivalente a este diciembre que se avecina, Peña Nieto era el precandidato preferido por el 58 por ciento de los encuestados en la población en general y por el 71 por ciento entre los simpatizantes del PRI.
Muy por atrás estaba Manlio Fabio Beltrones a quien lo prefería el 8 por ciento de la población en general y solo el 7 por ciento de los simpatizantes del PRI.
En contraste en el PAN estaban deshojando la margarita entre Santiago Creel, Josefina Vázquez Mota, Manuel Espino, Javier Lozano, Alonso Lujambio y Ernesto Cordero. Pleitos entre ellos iban y venían, lo que les restaba posibilidades rumbo al 2012.
No ayudaba tampoco que el entonces presidente Calderón coqueteara con la idea de un candidato ciudadano o independiente. Se especulaba con el nombre de Juan Ramón de la Fuente.
Y en el PRD las cosas no estaban mucho mejor. Se sabía que Andrés Manuel López Obrador quería ir otra vez por la presidencia, pero Marcelo Ebrard era hombre fuerte también dentro del partido y gozaba de buen lugar, si no en las preferencias de simpatizantes del partido (18%) que sentían que AMLO era el natural, sí entre la población en general, con un 35% versus 36% para AMLO.
En ese momento, diciembre del 2010, las preferencias ya con nombres y partidos colocaban a Peña Nieto al frente con un 45% por ciento, AMLO en segundo lugar con un 23% y Josefina Vázquez Mota en tercer sitio con 16%. A Santiago Creel le iba mejor que a Josefina a estas alturas.
La claridad de la candidatura del PRI le ayudaba a Peña rumbo al 2012. Hoy el PRI carece de esa claridad. El único aspirante que sabemos que seguro puede llegar a la boleta del 2018 es AMLO. El PAN vuelve a estar atorado en su laberinto interno, mostrando que ellos solos son sus peores enemigos y el PRD parece inclinado hacia el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.
Ahí el problema será la división de la izquierda en esas dos candidaturas, pero ese es motivo de otro análisis, lo mismo que las alianzas y los independientes. Por ahora es claro que el PRI tiene que apurar su definición y que Osorio Chong no es ajeno a esta urgencia.
Dadas las absurdas leyes electorales con las que contamos, con las que pretendemos detener el cauce de las aguas poniendo reglas, reglas y más reglas, la estrategia ha arrancado utilizando el área no regulada (¡afortunadamente!) de las redes sociales. Twitter y Facebook en este caso.
Bienvenido el lanzamiento de Osorio. Que con esta claridad levanten las manos los demás aspirantes del PRI y que arranque el juego rumbo al 2018. Cuando los políticos comienzan a buscar el voto, es cuando su preocupación por lo que queremos los ciudadanos aflora a todo lo que da.
@AnaPOrdorica