Colaboración de Francisco Fonseca
Llegó a mis manos un libro verdaderamente interesante titulado “Gimnasia Cerebral”, obra de Marilyn Vos Savant, columnista, escritora, conferencista y dramaturga estadunidense, nacida en agosto de 1946 y que pasó a la fama al ser catalogada como la mujer más inteligente del mundo al haber logrado un coeficiente intelectual de 228 puntos, registrado en el famoso Libro Guiness. También se asienta que a la edad de diez años ya tenía 145 puntos.
“Gimnasia Cerebral” está centrado en la apertura, el desarrollo y fortalecimiento de la mente, el incremento del nivel de inteligencia y en la elaboración de proyectos de aprendizaje para poder pensar con mayor claridad y precisión, liberados de las ataduras que implican las falsas percepciones.
El proyecto de Marilyn Vos Savant, consiste en un programa de ejercicios de destrezas y técnicas dirigidas a elaborar herramientas mentales eficaces que pueden ser aprovechadas con éxito notable en la vida diaria. La autora hace énfasis en que la lógica es la base del pensamiento correcto, desapasionado y libre de las emociones. La prioridad absoluta residiría en la necesidad de obtener una perspectiva más amplia de las cosas y una conciencia más afinada de nuestro mundo circundante.
En este sentido, la autoconciencia -el piloto automático- sería el primer paso para construir una sólida estructura mental. De ahí a la profundización de nuevas facetas del pensamiento y a la solución de problemas que tienen que ver con la perspicacia, la intuición, la orientación, el fortalecimiento de la capacidad de atención y de los sentidos, solo consistiría en la capacidad de decisión personal.
Escribía Aristóteles que “el alma y el control del movimiento voluntario tienen su asiento en el corazón, porque el cerebro es un órgano de menor importancia”. Pero Shakespeare se preguntaría: “Dime: ¿dónde nace la pasión, en el cerebro o en el corazón?” Marilyn Vos Savant contesta que la pasión y todas las emociones empiezan en el cerebro que administra todo el conjunto, desde el mecanismo involuntario de respirar hasta el abrazo voluntario a la persona estimada.
Ahora bien, con todos los comentarios anteriores sería provechoso saber los porcentajes de seres humanos con rangos superiores de inteligencia. Y así acceder a lo referente a México. Dentro de la ambigüedad de la sociedad nacional existen individuos con una mentalidad que asombra; los hemos visto, los hemos escuchado. Seguramente califican con alto puntaje.
Hay mucho más que saber y aprender de la señora Vos Savant, mucho. Es un ser excepcional.
Pero más interesante aún está en saber cuál es el coeficiente mental de miles de maestros que enseñan a millones de alumnos; cuál es el de los demás profesionistas a quienes confiamos la salud, el trabajo, la justicia, la seguridad, la enseñanza. Y más que interesante, es estresante saber hasta cuánto piensan quienes llevan el derrotero general de la nación. ¿Qué nivel tienen en México nuestros políticos? Las autoridades de este país, con poquísimas excepciones, seguramente califican con índices medianos y bajos, lo cual no tiene nada de halagüeño y sí mucho de preocupante. No es nada difícil deducirlo viendo las atrocidades que ocurren a diario en el país y la nula respuesta de los servidores públicos de todos los niveles; atrocidades simples que van desde el entorpecimiento de trámites y la extorsión de oficina, hasta la inútil batalla contra la delincuencia organizada. ¿Para qué nos servirá entonces la inteligencia?