Por Bolivar Roblero
Corría el año de 1936 y Londres se sacudía por un escándalo político-amoroso, que amenazaba con llevar al gobierno a una grave crisis de ingobernabilidad: Eduardo, Alberto Cristian, Jorge. Andrés, Patrick David, Príncipe de Gales, Duque de Cornualles, mejor conocido simplemente como Eduardo VIII, renunciaba a la corona de la Gran Bretaña, cargo que había heredado al morir su padre Jorge V, el 20 de enero.
Desde su juventud el heredero había mostrado “cierta” inclinación por los romances con mujeres mayores que él, numerosos fueron los escándalos que desató el joven monarca y que fueron convenientemente ocultados por la corona británica. Sin embargo ya en 1936 habiendo sido nominado rey y solamente esperando la ceremonia de coronación, Eduardo VIII, provocó un cisma político en Gran Bretaña al confesar a la Cámara de los Lores, que pretendía desposar a la Estadounidense Wallis Simpson; se trataba de una simple plebeya, con el agravante de haberse divorciado dos veces, algo inaceptable para la Corona Británica.
Jorge VIII, propuso entonces un acuerdo especial, que permitiera al monarca casarse, pero su esposa nunca llevaría el título de reina consorte y los hijos de ambos, no serían aspirantes al trono Británico, la propuesta tampoco fue aceptada, provocando un caos político en Londres, ya que el escándalo provocaría la caída del primer ministro Stanley Baldwin y como causante de la caída Jorge VIII, quedaría en entredicho para gobernar. Así 325 días después de subir al trono, Eduardo VIII, abdico en favor de su hermano menor que tomó el nombre de Jorge VI; por supuesto que la historia del Rey que cambió su reino por un amor, se volvió de las consentidas entre la opinión pública: “mi trono por un amor…” fue la frase que acompaño a Eduardo VIII hasta su muerte en 1972.
En la NFL también es muy raro que podamos asistir a una abdicación, pero de vez en cuando se da el caso, el más reciente y tal vez el más comentado será la decisión que ha tomado PEYTON MANNING, de no regresar a los Emparrillados cuando comience la temporada 2016 de la NFL.
Los analistas estaban esperando el anuncio del retiro del Supermariscal de Campo, poseedor de prácticamente todos los records a los que puede aspirar un QB en la NFL; decían que la ocasión idónea para hacerlo era exactamente el 7 de Febrero, después de ganar su segundo anillo de Supertazón y de haber llevado a un segundo equipo a la victoria en el Superbowl (algo que ningún otro QB ha hecho). El sábado finalmente PEYTON MANNING confirmo a JOHN ELWAY y la directiva de Broncos, su decisión de no regresar para una temporada más. La decisión se veía venir, aunque tal vez tardó un poco más de lo indicado en llegar.
Se sabía que DENVER, se inclinaba por no volver a firmar a MANNING, en vista de lo cerca que esta del límite superior del tope salarial, y lo oneroso que representa en esas condiciones volver a firmar a su QB, máxime que tiene en puerta la negociación de VON MILLER y otras estrellas de esa magnífica defensa que le dio el campeonato y que por supuesto, no será nada barato retener.
En estas condiciones, se sabía que Denver no invertiría cerca de 20 millones de dólares para que MANNING siguiera jugando bajo el centro de los Broncos, es decir que si el supermariscal quería seguir jugando debía emigrar hacia un nuevo equipo, y claro que había equipos que encantados hubieran firmado a MANNING, los Texanos de Houston y los Rams de los Ángeles habían ya volteado a ver a MANNING; sin embargo el comenzar de nuevo, con pocas posibilidades de repetir una vez más el éxito, resulto cuesta arriba para el supermariscal, que finalmente tomó la decisión correcta: decir adiós a los emparrillados.
Se va MANNING dejando su corona vacante y un hueco difícil de llenar, no sólo en la plantilla de Denver (BROCK OSWEILER, sin duda no es la respuesta que están esperando los Broncos, y la prueba es que fue sentado en la banca para traer de regreso a un PEYTON MANNING, lastimado y disminuido, pero siempre con más calidad que OSWEILER) que deberá invertir algo de su capital para hacerse de un nuevo mariscal ya sea en la agencia libre (ROBERT GRIFFIN III, será dejado libre por Washington, pero está lejos de ser un QB barato) o bien ocupar una de sus primeras selecciones del Draft para adquirir un Mariscal egresado de la Universidad, alguien que difícilmente podría ser la respuesta a la demanda de Denver en un corto plazo.
El otro hueco y ese si no se llenará con nada, quedará en la memoria de los aficionados al Futbol Americano, que tuvimos la suerte de ver jugar al más alto nivel a uno de los mejores mariscales de campo que ha viso la NFL: el Señor PEYTON MANNING; hasta siempre y como decían BOB HOPE & SHIRLEY ROSS: “Gracias por el recuerdo”