Colaboración de Ana Paula Ordorica
Su legado. Esa es la razón detrás de la explicación del viaje de Obama a Cuba. Pero quizás debemos irnos un paso más allá y preguntarnos qué legado quedaría si esta visita de Obama no rinde frutos democráticos en la Isla.
La visita ha generado enorme expectativa, no solo porque es la primera vez para un presidente de EUA, ya que la que hiciera Calvin Coolidge en 1928 no fue visita de Estado a Cuba sino la asistencia en La Habana a una cumbre panamericana, sino por el viraje de 180 grados en la relación entre dos países que llevaban montados orgullosamente en sus ideologías antagónicas.
¿Qué pasa si Obama deja una Cuba que continúa abusando de los derechos humanos de sus ciudadanos; si sigue el régimen encarcelando a sus detractores; si tras Raul continúa una cúpula represora al frente del país? ¿Qué dirán los libros de historia de este presidente que llegó y se fue sin que se vieran cambios en pro de las libertades y la democracia en el único anclaje socialista que queda en el continente?
Todo parece indicar que este escenario no se dará y que más bien Obama llega a una Cuba que se prepara para el fin del gobierno de los Castro y su relevo en el 2018.
Si así sucede, inevitablemente se estará leyendo en los libros de historia sobre el presidente estadounidense Obama como una piedra fundamental para lograr el cambio en Cuba y hoy estamos siendo testigos de como se escribe ese anhelado legado.
Pero son estas dos visiones las que se enfrentan y la razón por la cual unos aplauden la decisión de Obama de encontrarse con Raul Castro en Cuba mientras que otros ven en ello una muestra más de la debilidad del presidente de EUA y por ende del país que encabeza.
Entre los segundos se encuentra, a ratos, Donald Trump, quien a veces ha dicho que concuerda con la visita de Obama y en otras ocasiones lo ha atacado. Apenas aterrizó Obama en La Habana escribió en twitter «Wow, el presidente Obama acaba de aterrizar en Cuba…qué importante…y Raul Castro ni estuvo ahí para saludarlo. Aun cuando sí lo hizo con el Papa y con otros. No hay respeto.»
¿Y qué opinan los cubanos de esta visita de un yankee a su tierra? A Obama, a diferencia de sus antecesores en La Casa Blanca lo han esperado con ansias y lo han recibido como estrella de rock. Enorme diferencia con la manera como se refieren a George W. Bush; Bill Clinton y demás presidentes norteamericanos.
El diario El País recuerda como al presidente Jimmy Carter le gritaban, tras el éxodo de Mariel en 1980 “Carter, loca, a Cuba no se toca”, “Carter, lechuza, te cambias por un pitusa” (unos jeans). Años después, a Ronald Reagan se le cantaban “¡Ae, ae, la chambelona, Reagan no tiene madre porque lo parió una mona!” Y a Clinton le dedicaban rimas poco afortunadas por el caso del niño balsero, Elián González.
Gran diferencia entre esta manera de referirse a los presidentes de EUA con el abrazo e interés, acompañado incluso por algo de esperanza, que recibió ayer a Obama en La Habana.
Además, como me comentó en entrevista para Foro Global el historiador del CIDE, Rafael Rojas, los cubanos ven en Obama una figura inspiradora por su edad. A los 55 años los cubanos ven a un político que deja la presidencia mientras entre la clase política gobernante de su país han visto envejecer en el poder primero a Fidel y ahora a Raul.
@AnaPOrdorica
Apostilla: Esta columna regresa el 1o de abril. ¡Felices vacaciones!