Colaboración de Carlos Urdiales
En campaña presidencial por más de tres lustros, Andrés Manuel López Obrador eligió, sin azar mediante, al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, como el rival idóneo, por su crecimiento y consistencia en las más recientes encuestas que miden conocimiento, aceptación y fuerza electoral rumbo al 2018.
De ahí que AMLO apuntará con frases graves, pero sin acusación formal, al titular de Segob por según dice, haber presionado a magistrados electorales para bajar del aire su spot del avión presidencial. Que Chong estaba enojado por el anuncio.
Provoca, no prueba. Lo importante para López Obrador es comenzar a pelear contra el más avanzado, hasta ahora, prospecto priista rumbo a su tercera elección presidencial. Con sólidas nociones de tiempo, oportunidad y costo, el líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones levantó el guante del tabasqueño el fin de semana.
Desde Chihuahua, en el marco de la toma de protesta del candidato tricolor (más PT, PVEM y Panal) al gobierno, Enrique Serrano Escobar, Beltrones dijo de AMLO: “Es ya un candidato en una precampaña que está utilizado tiempos oficiales, haciéndolos tiempos personales, y eso, no es honesto”.
Si bien el líder tricolor, que apuesta su futuro inmediato a los resultados que obtenga el partido que encabeza, y cuyo primer miembro ha vuelto a ser el señor Presidente de la República, ya había lanzado puyas al tabasqueño bajo conceptos como “falso profeta” con “tentaciones populistas sin futuro”, decir con nombre y apellido que no es, lo que más presume ser el de Tabasco, honesto, es abrir espacio para una pelea entre pares.
Líderes nacionales de sus respectivos partidos, la marca que jala para sí el ex gobernador de Sonora, lleva los reflectores a otra arena, lejana a las de Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño, Luis Videgaray, José Antonio Meade o Eruviel Ávila, la pone en el terreno de confrontar plataformas y propuestas, a debatir de tú a tú quién anda en actos adelantados y quién no, a usar cualquier evento para ventilar diferencias, comparar resultados.
Con Beltrones, López Obrador no la trae fácil, el líder nacional del PRI conoce de memoria todo aquello que el de Macuspana pueda decir para atacar su imagen, lo malo para el candidato de oficio, es que desde hace 15 años nada nuevo ha salido respecto al priista, todo es, o será un refrito, sin pertinencia ni oportunidad, en cambio a Beltrones, no le tiembla la voz para denunciar los hechos no sancionados, la campaña permanente y adelantada del tabasqueño.
De aquí al 5 de junio Manlio Fabio Beltrones sumará a sus oficios conciliadores al interior del PRI, sus dotes pendencieras contra el líder de Morena, de quien hace poco dijo que solo debatiría con él en un manicomio. El momento llegó, aun sin el escenario mencionado.