El lanzamiento de este artefacto, que tuvo lugar en Plesetsk, Rusia, a las 18.57 (hora peninsular) de este martes, forma parte del amplio programa Copérnico, a través del cual la ESA pretende establecer una red de satélites que monitorice el estado del medio ambiente y que apoye ciertas actividades civiles.
«Cuando hablamos de calentamiento global solemos centrarnos en el aumento de las temperaturas del aire, pero el 90 por ciento de la energía que liberamos en nuestro planeta va a parar al océano», declaró para Reuters Volker Liebig, director del Programa de Observación de la Tierra de la ESA.
Por ello, el Sentinel va provisto de sensores para medir la temperatura, el color y la altura de los océanos, así como el grosor de las capas de hielo que se forman sobre él. Gracias a esto, la ESA espera obtener valiosos datos climáticos y predecir fenómenos como el Niño. También se podrá seguir la evolución de vertidos de crudo, ayudar a trazar rutas oceánicas eficientes o seguir el crecimiento del plancton marino. En tierra, el Sentinel es capaz de hacer un seguimiento de los incendios forestales o medir la extensión de los cultivos.
Copérnico, que costará 8.000 millones de euros hasta 2020, es para la ESA el programa más ambicioso de observación de la Tierra, y se desarrolla a la vez que Galileo, el proyecto de GPS europeo. Un total de 11 empresas españolas han participado en el desarrollo del Sentinel 3A.
Fuente: ABC