“La impunidad alimenta la corrupción, acrecienta la inseguridad y genera más violencia. En México, aplicar la ley es excepción, mientras la constante es un cuerpo devastado por la falta de castigo a quien ha encontrado en el delito una apuesta segura.”
Todos entendemos la impunidad como una perversa normalidad sin mayores expectativas de pronta solución.
La falta de confianza en el sistema de justicia refleja el desmoronamiento de las instituciones. Sólo 7 de cada 100 delitos son denunciados, y de estos, menos del 5% reciben sentencia condenatoria; 99 de cada 100 quedan sin castigo.
Las causas de la impunidad inician con la falta de recursos materiales, económicos y humanos. No hay investigadores ni jueces suficientes; por cada 100 mil habitantes hay apenas 3.5 cuando la media internacional es 16. La sobrepoblación carcelaria duplica la media internacional, mientras el número de custodios (20 por cada 100 reos) no llega a la mitad.
Estas cifras difundidas en el Índice Global de Impunidad, publicado por la Univeridad de Las Américas Puebla (UDLAP) muestran que México ocupa el lugar 58 de 59 países con mayores niveles de impunidad, susceptibles de violaciones graves a los derechos humanos.
El documento de 180 cuartillas ofrece un diagnóstico catastrófico. Treinta de las 32 entidades del país están mal o muy mal; solo Nayarit y Campeche obtienen calificaciones satisfactorias.
Estados prósperos y pobres, comparten deficiencias e ineficacias. Quintana Roo, Guerrero, Estado de México, Baja California, Durango y Tamaulipas ocupan los peores lugares y Michoacán, simplemente no pudo ser evaluado ante la falta de datos confiables.
Pero La impunidad no sólo es un problema de falta de recursos.
La delincuencia organizada es el factor determinante para la no aplicación de la justicia plena; los estados rescatados por la federación son tierra sin ley. La falta de autonomía de los órganos de justicia se suma a las muchas causas que conforman el patético cuadro clínico; curar el cáncer de la impunidad ha resultado misión imposible…
¿El Estado algún día tendrá suficientes recursos… y voluntad?
EL MONJE ALARMADO: Sobre aviso no hay engaño. A nueve días de su arribo a México, el Papa advierte que no viene a tapar la violencia y la corrupción; dice desde el Vaticano que “México está en medio de un pedacito de guerra”. Si a alguien le quedaba duda de que la gira será un acto político, el propio Francisco se ha encargado de aclararlo.