Colaboración de Guillermina Gómora Ordóñez
Vaya jaloneos que se han registrado en los y entre los partidos políticos por la elección de sus candidatos para los comicios del próximo 5 de junio en que habrán de estar en juego 12 gubernaturas, la renovación de congresos locales y otros cargos.
Todos quieren su rebanada de poder y todos creen tener los merecimientos para ser ungidos. Priistas, panistas, perredistas e incluso la chiquillada política juega sus cartas, nadie quiere quedarse fuera del juego. Atrás quedaron los tiempos de la disciplina partidista.
Basta ver lo que ha sucedido con el fracaso de algunas alianzas, coaliciones y demás artificios que han establecido con la bendición de la autoridad electoral, para ganar los “puestos de representación popular”, pues éstas se han convertido en moneda de cambio para la sobrevivencia de la chiquillada política o en el refugio de los tránsfugas que al no encontrar el apoyo en sus franquicias las utilizan para buscar el cargo.
Ahí está Quintana Roo, donde, hasta el cierre de esta columna, no lograban conciliar entre los candidatos del PRI, la necedad de su gobernador Roberto Borge y los caprichos del niño verde, Jorge Emilio González, el nombre del elegido que deberá competir contra Carlos Joaquín González, ex priista de reciente cuño que decidió buscar la gubernatura por la alianza PAN-PRD, luego de que su partido le negará la oportunidad.
Y qué decir de los avisperos en Oaxaca, en el tricolor se impuso la política del dedazo, de los cuates y las cuotas al designar al mexiquense Alejandro Murat Hinojosa, sí, el hijo del polémico ex gobernador, José Murat Casab. Hicieron toda clase de triquiñuelas legales para sortear los requisitos de la residencia y el lugar de nacimiento.
Ungido el cachorro, exiliaron a su papá, aunque le dejó toda la estructura para que le coordinen la campaña. Habrá que ver si lo dejan ganar los acérrimos enemigos del clan Murat, Ulises Ruiz y Eviel Pérez Magaña, quienes no olvidan la derrota de 2010 frente a Gabino Cué, producto del fuego amigo orquestado por don José y sus esbirros de la Sección 22 de la CNTE y la APPO, quienes no dejaron gobernar a Ulises.
¡Ah!, pero donde las avispas enloquecieron fue durante el Consejo Estatal Electivo del PRD para candidato a gobernador. Con bombas lacrimógenas, golpes y presencia policiaca se intentó reventar y cancelar el democrático proceso. Sin embargo, pasado el susto se llevó a cabo el conteo y en los resultados preliminares se le daba el triunfo al alfil de Gabino Cué, el ex priista, José Antonio Estefan Garfias.
Consumando así la advertencia hecha por el mandatario oaxaqueño a los dirigentes del PRD y del PAN: “Cualquier candidato menos Benjamín Robles”.
Cué no le perdona a su amigo y ex coordinador de campaña las denuncias que presentó en contra de su operador financiero Jorge “El Coco” Castillo, que se dedicó a hacer millonarios negocios con la aprobación y protección del gobernador aliancista.
Ahora, sí se confirman los resultados preliminares, Benjamín Robles advirtió que procederá jurídicamente en contra del proceso pues estuvo plagado de irregularidades. Situación similar a lo que sucedió en Zacatecas donde los perredistas optaron por designar al cuñado del actual gobernador priista, Pedro de León Mojarro, como su candidato, en una cuestionada elección, haciendo a un lado a uno de sus mejores cuadros del sol azteca, Rafael Flores.
La eterna historia del PRD, donde sus tribus una vez más judicializan los procesos electivos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) Así sucedió en Puebla, recientemente, donde de plano se canceló la alianza con el PAN y Rafael Moreno Valle, que desea conservar la minigubernatura de 2 años.
Esta ruptura provocó que el pasado 17 febrero, el pleno del TEPJF aprobara una sentencia, relacionada con 97 impugnaciones que presentaron perredistas, entre ellos, Mary Telma Guajardo, secretaria de Alianzas del PRD nacional, que pertenece al grupo de Los chuchos. Donde se le exige al dirigente del sol azteca, explique y justifique porqué no se realizará la alianza con los panistas en Puebla.
Kramer contra Kramer, así se las gastan los demócratas de la izquierda mexicana, que en sus cinco alianzas acordadas con el PAN en los estados de Durango, Quintana Roo, Veracruz, Oaxaca y Zacatecas apoyan a ex priistas sin pudor alguno.
Como una muestra más de estos avisperos, el caso Veracruz, donde los primos Yunes, Héctor y Miguel, por el PRI y el PAN respectivamente, buscan suceder al cuestionado Javier Duarte, que ha hecho un pésimo gobierno en el bastión tricolor. Crisis indefendible, que obligó a Manlio Fabio Beltrones, líder priista, a declarar que su partido avala la promesa de su candidato de castigar a los culpables del desfalco de las finanzas públicas en la entidad.
Ya veremos, si no es una bravuconada de campaña como la de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, que prometió meter a la cárcel a su antecesor Rodrigo Medina y nada más no se ve claro.
Así las cosas, para las elecciones del 2016, plataforma de las del 2018, donde la sucesión presidencial está a todo lo que da entre algunos aspirantes como Andrés Manuel López Obrador de Morena y su provocadora actitud para subir al ring a sus posibles contendientes como el jefe de Gobierno de la Ciudad de México Miguel Ángel Mancera.
El aspirante más serio, quizá el único, que tendría el PRD, claro, si se afilia, para buscar llegar a Los Pinos dentro de dos años.
Aunque el propio Miguel Ángel Mancera ha sido claro en señalar que buscará la candidatura a la Presidencia de la República solo si tiene el apoyo de la gente, la clase política ya lo ve como un fuerte aspirante para la contienda.
Por eso, AMLO, se ha dedicado a “cucarlo” y acusarlo de ser parte de la “mafia en el poder”. A lo que Mancera respondió: “Sí quiero ser presidente, pero mi prioridad en este momento son las y los capitalinos, luego, veremos… Será mi trabajo al frente del gobierno de la Ciudad de México el que hable, por el que la gente decidirá si me da o no su voto de confianza… Me gustan las carreras, hay que ir esquivando y salvando obstáculos, es una carrera de resistencia y hay que estar bien preparado”.
Fuera máscaras, el tiro está cantado, y sin duda Mancera, en lo que comienza a ser la recta final de posicionamiento de su gobierno, se apoyará en los programas sociales que ha impulsado como Médico en tu Casa, que actualmente ya se puso en marcha en seis estados; en la creación de la Nueva Constitución para la Ciudad de México producto de la Reforma Política que cambió el estatus del DF en estado, así como a su lucha por el aumento al salario mínimo.
En los carriles de al lado están los priistas, Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones, Aurelio Nuño, José Antonio Meade y los panistas Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle.
Hagan sus apuestas.
@guillegomora