Sobre la marcha
Colaboración de Carlos Urdiales
El presidente nacional del PAN habla sobre la depreciación del peso, desmiente que haya estabilidad macroeconómica, ha sentenciado que es una vergüenza que mejor España que México, haya echado guante al ex gobernador Humberto Moreira, aunque después ante el gazapo de la fiscalía española Anaya olvidó el tema.
Pendiente de los grandes temas de la agenda nacional, a Ricardo Anaya se le comienza a desmoronar el prestigio personal con el cual arribó a la dirigencia de su partido, mismo que fortaleció cuando mandó señales de autonomía respecto de su ex jefe, Gustavo Madero, a quien no hizo coordinador en San Lázaro y bajó el perfil del chihuahuense a mínimos. Ya no se le menciona entre los aspirantes viables de acuerdo a la coyuntura, Rafael Moreno Valle, Margarita Zavala y quizá el mismo Anaya.
Pero las circunstancias cambian rápidamente. Apenas hace un par de días la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, rechazó que Ricardo Anaya hubiera incurrido en calumnia alguna contra del PRI cuando el 2 de enero, en campaña por Colima, acusó al PRI de hacer trampa. Los magistrados resolvieron que la declaración ante medios no imputaba directamente un delito al tricolor. La libró.
Sin embargo, ese mismo día, el Consejo General del INE multó al PAN por irregularidades en los informes de ingreso y gasto en la campaña de Jorge Luis Preciado, quien compró espectaculares a precios subvaluados.
La multa impuesta es de 194 mil pesos fue considerada como una falta grave ordinaria ya que la subvaluación en la venta de espectaculares se toma como aportaciones a precampaña que están prohibidas por la ley electoral. La infracción dista de ser espectacular. Aún falta el análisis financiero de la campaña. No la ha librado.
De la derrota en Colima le toca hacerse cargo a Ricardo Anaya, del daño a la imagen folclórica de Preciado pues también le toca asumir parte. De la diputada sinaloense Lucero Sánchez López, huérfana política (nadie reconoce haberla apoyado en 2013), pero sentada en la bancada azul hasta que su relación con El Chapo Guzmán no pudo ser disimulada más (nueve meses ha de la primera nota en medios) también deberá responder.
Las alianzas se le caen en la medida que su relación con Rafael Moreno Valle se deteriora producto de una competencia que pocos saben en este momento, que tan real o fantasiosa es, pero queda claro que los poderes, nominal y real del panismo, no están sincronizados en un año crucial para las aspiraciones de maderistas, anayistas, calderonistas o morenovallistas.
Ricardo Anaya Cortés se sobrepone al fracaso aliancista de Puebla y Tlaxcala al anunciar otra coalición poblana con partidos políticos locales, Compromiso por Puebla y PSI. Al prometedor político se le desmorona su PAN.